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Cápsulas Genealógicas

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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO HOY

SÁBADO, 25 DE AGOSTO DE 2007

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JUAN FÉLIX PEPÉN SOLIMÁN: PRIMER OBISPO DE HIGÜEY

Preparado por Jail Lenín Aurich Martínez

 

Juan Félix Pepén Solimán

Recientemente causó pesar en la Iglesia Católica así como en toda la sociedad dominicana el deceso de su excelencia reverendísima monseñor Juan Félix Pepén Solimán, primer obispo de la diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia. Su muerte, acaecida el pasado 12 de agosto del presente año, ha llenado de luto a su ciudad natal de Higüey, a la que desde su alta investidura en el clero católico sirvió durante toda su vida.

Juan Félix Pepén Solimán nació en Salvaleón de Higüey el 27 de enero de 1920, siendo el segundo vástago procreado por Felisindo Pepén de León y Luisa Solimán Suriel. Sus hermanos son Sinforoso (primer senador de la provincia La Altagracia), Luisa, Alba y Dora Pepén Solimán. Su padre Felisindo Pepén había nacido en Salvaleón de Higüey el 13 de marzo de 1892, siendo hijo de Sinforoso Pepén y Luisa de León.  Su padre lo reconoció en fecha 9 de abril de 1892 ante el entonces oficial del Estado Civil de Higüey José María Benzo y los testigos Victoriano Pepén y Manuel María Fernández. Otros hijos de Sinforoso Pepén fueron Sinforoso Pepén de León, fallecido a la edad de 7 años, el 11 de diciembre de 1906; Juana Pepén de León, nacida en Higüey el 28 de septiembre de 1893, y Colón Pepén de León, nacido el 1 de junio de 1895. Este último fue reconocido por su padre el 23 de noviembre del mismo año ante el oficial del Estado Civil de Higüey, Tomás María Montás.

El apellido Pepén llegó a tierras higüeyanas proveniente de Mirabelais, ubicado a unos 55 kilómetros en las afueras de la ciudad de Puerto Príncipe, capital de la República de Haití, y lugar estratégico utilizado como antesala del ejército haitiano para sus incursiones militares en territorio dominicano.

El abuelo de monseñor Pepén lo fue Sinforoso Pepén, hijo natural de Juana Pepén Montás, natural de San Cristóbal y fallecida en Higüey a la edad de 80 años el 16 de diciembre de 1898, siendo hija de Deglassí Pepén y María Victoria Montás, este último apellido también proveniente del mencionado poblado de Mirabelais en Haití. La declaración de su fallecimiento fue realizada por Sinforoso Pepén ante el oficial del Estado Civil de Higüey Tomás María Montás y en presencia, como testigo, de su hermano Damián Pepén.

Felisindo Pepén de León ocupó los cargos de tesorero del Honorable Ayuntamiento de Salvaleón de Higüey, Juez de Paz y oficial del Estado Civil. Contrajo matrimonio en Higüey el 16 de diciembre de 1916 con Luisa Solimán Suriel, nacida en Higüey en 1895, e hija de Luís María Solimán y Simeona Suriel. El matrimonio Pepén Solimán se celebró a las 5 de la tarde en la calle Cambronal, en la casa de la señora Virginia Bello viuda Solimán y en presencia de los testigos Feneleón Pepén, Faustino de Soto, Virgilio Rodríguez y Julio Rolfot.

Juan Félix Pepén Solimán realizó sus primeros estudios en el colegio “Orfelina Pilier”, pasando posteriormente a estudiar filosofía y teología, ordenándose sacerdote en el Seminario Santo Tomás de Aquino el 29 de junio de 1947 y recibiendo las órdenes sagradas de manos de Monseñor Octavio Beras Rojas. Obtuvo el título de Doctor de Filosofía y Letras en la Universidad de Santo Domingo el 28 de octubre de 1951. Tras la creación de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia por el Papa Juan XXIII, el 1 de abril de 1959 fue designado como primer obispo de dicha diócesis, tomando posesión de la misma el 12 de octubre del mismo año.

Una de sus iniciativas fue su petición al papa Paulo VI para nombrar con el título de “Basílica Menor” a la basílica de Higüey, inaugurada durante su obispado el 21 de enero de 1971, con la asistencia del presidente de la República doctor Joaquín Balaguer. Su labor en la diócesis de La Altagracia concluyó el 31 de mayo de 1975, fecha en la cual renunció por motivos de salud, pasando a ocupar el puesto de obispo auxiliar de la arquidiócesis de la ciudad de Santo Domingo. Fue rector de la Universidad Católica Madre y Maestra, párroco de la iglesia San Antonio en Gascue y capellán del asilo de Santa Clara, de la Policía Nacional, así como del colegio Quisqueya. Fue autor de varios libros, entre los que se destaca “Donde Floreció el Naranjo”, obra que hace referencia a la historia de la aparición de la Virgen de la Altagracia, patrona de la República Dominicana.

Sus restos fueron llevados a la Catedral Primada de América, en donde se ofició una misa de cuerpo presente, concelebrada por su Excelencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, siendo posteriormente trasladados a la basílica de Higüey, donde reposan en la bóveda de los obispos.

Allí, una sobrina citó una de las frases más ricas y sabias de este hombre de la Iglesia: “Al entregarme a Cristo y a su Iglesia, esta ha venido a constituirse en mi verdadera familia”.

Monseñor Juan Félix Pepén Solimán, único sobreviviente de los firmantes de la Carta Pastoral de enero de 1960, ha partido hacia la Casa de Dios, dejando a toda la sociedad dominicana su ejemplo de humilde servidor del Señor, su fiel culto a nuestra venerada Virgen de la Altagracia y su entrega a los más desposeídos de nuestro país.

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