INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 27 DE MAYO DE 2023

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Lucas Padrón y San Antonio de Guaraguanó

Preparado por Aneury Antonio Rodríguez Rodríguez

 

El municipio de Monción en la provincia de Santiago Rodríguez, antes Guaraguanó, es parte de una zona conocida como “La Sierra”, conformada por San José de las Matas, Jánico y el mismo Monción. Algunos historiadores afirman que los primeros pobladores de esta área llegaron a raíz de las devastaciones de Osorio, durante los años 1605 y 1606, y que algunas familias de españoles y criollos se fueron quedando allí y creando hatos en diferentes partes de este territorio[1].

Sin embargo, las más antiguas referencias documentales del lugar se remontan a fines del siglo XVII, siendo una de ellas un memorial de 1699 de Juan Nieto de Valcárcel, enviado por la corona española para descubrir, reconocer y poner en beneficio todos los minerales que hallase en La Española. Dice este documento: “Desde esta mina [mina de plata de Jarabacoa] pase a la ciudad de Santiago, y de allí a las minas de oro de Guaraguano [sic], dieciocho leguas más allá de dicha ciudad, que también se labró antiguamente con mucho interés. Y por haberse hundido se dejó de continuar su labor y según he averiguado con personas antiguas, ha sido muy rica.[2]

Otros documentos referidos a Guaraguanó son dos actos auténticos instrumentados por el notario público de Moca José Vicente Garrido y uno instrumentado por el notario público de Santiago Joaquín Dalmau. El primero es de fecha 1 de octubre de 1879 y en él consta que José Mauricio Soza [sic], agricultor de Hato Viejo, Moca, vendió a Manuel Ramón Viñas, pulpero, viviente en la villa de Moca, 25 pesos fuertes de terrenos comuneros en el sitio de Guaraguanó, jurisdicción de Sabaneta, Distrito de Montecristi, parte integrante de una mayor cantidad, de la cual vendió a Bernabé Vélez 175 pesos en Santiago el 26 de marzo de 1879 por ante el notario público de Santiago Joaquín Dalmau. El documento que sustentaba la venta a Vélez quedó protocolizado junto al acto instrumentado por Dalmau, por lo que no pudo presentarlo al notario de Moca, pero Sosa indicó que había sido otorgado el 4 de diciembre de 1840 por Antonia Madera, esposa de Manuel Reyes, cónyuge que a su vez había vendido a Francisco Padrón, conocido como El Niño, 200 pesos de terrenos dentro de los cuales se contenían los vendidos tanto a Vélez como a Viñas y que a su vez estaban comprendidos en los siguientes límites, conocidos entre los condueños y vecinos: Puesto en el Charco de los Cacheos, por derecho, a la mata de la guardarraya; por derecho a la caobanita; por derecho, al Picón grande; de allí a la Mata de este lugar, a los Cacheos; por derecho, a la boca del arroyo del agua; Gurabo arriba, a la boca de los Gurabitos; Gurabito arriba, a la Mata del aguacate, loma firme, a la Cana de los Ganchos; loma firme adentro, hasta el puerto de toma, por derecho, a la boca de Senoví; Mao Abajo, hasta llegar al charco de los Cacheos en donde se empezó”. Sosa era único heredero y legatario universal de Padrón, conforme testamento otorgado por este por ante el escribano público de Moca Carlos Rojas el 9 de marzo de 1859. En dicho testamento se indica además que la esposa de Padrón era María B[ilegible] de Moya, natural como él de Santiago de los Caballeros y con quien tuvo un único hijo, de nombre Lucas Padrón, fallecido para entonces.

Por un segundo acto del 2 de octubre de 1879, Sosa vendió a Viñas quinientos pesos de terreno en Las Paredes de Mao, también en la común de Sabaneta, Distrito de Monte Cristi, que recibió como herencia en mayor cantidad de manos del indicado Francisco Padrón, conforme su testamento. Los terrenos de Las Paredes de Mao se hallaban dentro del perímetro de los vendidos en Guaraguanó. Lo  interesante es que en este acto se especifica que estos fueron propiedad inicial de Lucas Padrón, el padre de Francisco Padrón, y que eran “parte integrante de mayor cantidad que Don Lucas Padrón (difunto) poseyó, como suyos propios, a virtud de títulos desde el año mil setecientos y sesenta los que gozó pacíficamente y sin interrupción en unión de los demás terrenos bajo los límites y guardarrayas siguientes: Principian en el Charco de los Cacheos , puesto allí se toma dirección a la mata de la guardarraya; de ese lugar, buscan recto a la Caobanita; por derecho al Picón grande; de allí a la mata de los Cacheos; por derecho, hasta ir a la boca del arroyo del agua; Gurabo arriba, a la boca de los Gurabitos; Gurabito arriba, a la mata del aguacate, loma firme, hasta ir a la cana de los Ganchos; loma firme adentro, hasta el puerto de toma; por derecho, a la boca de Senoví; Mao Abajo hasta llegar al charco de los Cacheos en donde se empezó”. Precisa este documento que Francisco Padrón nunca dispuso de los bienes de su padre y que viudo, viejo y sin herederos forzosos en ninguna línea, fue a residir por largo tiempo en casa de Sosa en Hato Viejo, donde enfermó y falleció.

El acto del notario de Santiago Joaquín Dalmau fue instrumentado el 17 de agosto de 1896 y es el número 131 de su protocolo de ese año. Se trata de un poder otorgado por el entonces cura párroco de Moca, presbítero Emilio Santelises, a su cuñado Rafael Llaverías para la venta de mil pesos de terrenos comuneros en Guaraguanó, legados por testamento ológrafo de su tío presbítero José Eugenio Espinosa, cura párroco de San José de las Matas, a María Merced Santelises y que, por su fallecimiento, recayeron en sus sobrinos, los hijos de Miguel Estanislao Santelises, de quienes era representante. El presbítero Santelises declaró que su tío compró los terrenos a Lucas Padrón y este los compró a Pedro de Brito, conforme acto del escribano real y público Antonio López de fecha 28 de julio de 1779, protocolizado junto al acto de 1896; a su vez, Brito los había comprado a Leonardo Delmonte.

Lucas Padrón acaso el mismo hacendado y miembro de la clase dirigente santiaguera[3] Lucas Padrón Fonte, de origen canario[4], referenciado como propietario de esclavos en 1776[5] y 1783[6], regidor en 1776[7] y 1778[8] y propietario[9] y exportador de reses a la colonia de Saint Domingue en 1789[10] es hasta ahora el único propietario en el siglo XVIII de quien tenemos constancia en el sitio de Guaraguanó, que ya para el siglo XIX era un territorio subdividido entre diferentes copropietarios, como precisa el acto del 1 de octubre de 1879.

Aunque los actos notariales aquí citados ofrecen informaciones genealógicas primarias, nos permiten a la vez deducir el posicionamiento de Padrón como propietario de terrenos comuneros.  De convertir la unidad agraria de “pesos de terreno” en tareas, no obstante ser su equivalente real muy variable de un terreno a otro, oscilando en unos casos entre 3.7 y 16 tareas[11], se concluye que, si Padrón poseyó 700 pesos de terreno, entonces detentó 2,590 o 11,200 tareas.

Al mismo tiempo, permiten contrastar el cambio del uso del suelo en Guaraguanó, que pasó de enclave minero en el siglo XVII a punto de explotación forestal en el siglo XX. En efecto, décadas después de sus compras, en 1907, Viñas vendió el derecho de corte y explotación de los árboles maderables comprendidos en los 525 pesos de terreno a Enrique Ferroni, administrador del aserradero de la Augusto Espaillat Sucesores, de Santiago, que desarrollaba una ambiciosa explotación forestal en la cuenca del río Yaque, entre Jarabacoa y Monte Cristi. Viñas concedió de manera gratuita el derecho de establecer maquinarias o sus accesorios, abrir caminos o carriles para la extracción y conducción de maderas, levantar ranchos y cercas para el pasto de animales de trabajo. El derecho de explotación fue vendido por 20 años, a razón de 40 centavos por cada peso de terreno, o sea 210 pesos[12].

Ya para septiembre de 1907, la Augusto Espaillat Sucesores, representada por su gerente Eliseo Espaillat Julia, se había asociado con “The Dominican Lumber Company [“Dominican Timber & Mining Company”, era su nombre correcto[13]], una compañía formada en Texas y representada en Montecristi por Clark M. Votaw, junto a la que proyectaba procesar 60,000 pies de tablas diarias en un aserradero que instalaba entonces en el sitio de Conucos del Rey, próximo a la desembocadura del río Yaque, labor para la que emplearía de 800 a 1,000 jornaleros en un trayecto que justamente arrancaba en Guaraguanó[14]. Los pinares de Guaraguanó eran explotados ya en noviembre de 1908[15], pero el proyecto había fracasado para julio de 1910[16].


Notas Bibliografícas:

[1] Rodriguez, Carlos Rafael: Guaraguanó: Resumen histórico del municipio de Monción, Editora Centenario, Santo Domingo, 2019, p. 42.

[2] Gutiérrez Escudero, Antonio: Juan Nieto de Valcárcel, minero en Huelva y Santo Domingo, revista Clío número 139, Academia Dominicana de la Historia Santo Domingo, enero-diciembre 1982, p.43.

[3] Hernández González, Manuel Vicente: Expansión fundacional y desarrollo en el norte dominicano (1680-1795) El Cibao y la Bahía de Samaná, Archivo General de la Nación – Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 2007, p.71.

[4] Hernández González, Manuel Vicente: La colonización de la frontera dominicana 1680-1795, Archivo General de la Nación – Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 2006, p.183.

[5] Hernández González, Manuel Vicente: Expansión….., p.53.

[6] Hernández González, Manuel Vicente: La colonización….., p.183.

[7] Hernández González, Manuel Vicente: Expansión….., p.53.

[8] Hernández González, Manuel Vicente: Expansión………., p.53 y p.118.

[9] Hernández González, Manuel Vicente: Expansión………., p.58.

[10] Hernández González, Manuel Vicente: La colonización……, p.129. También, Hernández González, Manuel Vicente Expansión……, p.58.

[11] San Miguel, Pedro L:. Los campesinos del Cibao - Economía de mercado y transformación agraria en la República Dominicana 1880-1960. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, primera edición, 1997, p.232.

[12] Archivo notarial Santiago Reinoso. Protocolo notarial Joaquín Dalmau, acto número 5, 9 de enero de 1907.

[13] Archivo Notarial Félix Rodríguez. Protocolo notarial Ismael de Peña Rincón, a.n.221, 19 de noviembre de 1923, f. 435-462, tomo II.

[14] Archivo Histórico de Santiago, El Diario, 27 de septiembre de 1907.

[15] Archivo Histórico de Santiago, El Diario, 25 de noviembre de 1908.

[16] Archivo Histórico de Santiago, El Diario, 11 de julio de 1910.


Bibliografía:

Archivo notarial Santiago Reinoso. Protocolo notarial Joaquín Dalmau, acto número 5, 9 de enero de 1907

Archivo notarial Santiago Reinoso. Protocolo notarial Joaquín Dalmau, acto número 131, 17 agosto 1896.

Archivo notarial Félix Rodríguez. Protocolo notarial Ismael de Peña Rincón, acto número 221, 19 de noviembre de 1923, folios 435-462, tomo II

El Diario, 27 de septiembre de 1907, 25 de noviembre de 1908 y 11 de julio de 1910

Gutiérrez Escudero, Antonio: Juan Nieto de Valcárcel, minero en Huelva y Santo Domingo, revista Clío número 139, Academia Dominicana de la Historia Santo Domingo, enero-diciembre 1982

Hernández González, Manuel Vicente: Expansión fundacional y desarrollo en el norte dominicano (1680-1795) El Cibao y la Bahía de Samaná, Archivo General de la Nación – Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 2007

Hernández González, Manuel Vicente: La colonización de la frontera dominicana 1680-1795, Archivo General de la Nación – Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 2006

Rodriguez, Carlos Rafael: Guaraguanó: resumen histórico del municipio de Monción, Editora Centenario, Santo Domingo, 2019

San Miguel, Pedro L.: “Los campesinos del Cibao – Economía de mercado y transformación agraria en la República Dominicana 1880-1960”. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, primera edición, 1997

 

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