INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 18 DE OCTUBRE DE 2014

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FOTOGRAFÍA Y GENEALOGÍA (2 de 2)

Preparado por Julio Amable González Hernández

 

En la actualidad los teléfonos celulares traen cámara, dispositivos relativamente reciente, se ha multiplicado no podemos imaginarnos por cuantas veces, el número de personas que toman diariamente fotografías de familiares y amigos para compartirlas en las redes sociales. Su última versión es el selfie, modalidad en la cual el dueño de la cámara y fotógrafo también sale en la foto.

Una importante recomendación es la toma formal de familia. No tiene que ser necesariamente en un estudio y con un fotógrafo profesional, aun cuando esta situación sería ideal. Puede ser en la sala de la casa, el patio o un parque. La  primera es muy recomendable, ya que en ella también se deja constancia del ambiente en el cual vivía la familia. Se trata de una foto de la familia completa, la cual revelará en el futuro cómo era esta en un momento determinado.

Durante el siglo XX, cuando primaba la fotografía análoga, y por lo tanto el resultado se imprimía en un papel fotográfico, fuese a color o blanco y negro, se pusieron de moda los albumes, o sea colecciones de fotos de una persona o familia, organizadas y pegadas en una especie de libro para esos fines. Esta modalidad también puede contener interesante información gráfica de una familia, y por lo tanto debe ser rescatada, si fuese el caso, y preservada.

Una práctica de registros gráficos de familia son los eventos especiales. Excelente justificación. Son estos, entre otros, el bautizo, la primera comunión, los cumpleaños, las graduaciones y el matrimonio. Rescatemos también esos documentos familiares.

Otras fuentes de fotografías familiares que podrían sorprender a muchos son las publicaciones de revistas sociales y culturales de las primeras décadas del siglo XX. Para sólo mencionar cuatro, encontramos en Santo Domingo a Letras, Cuna de América, Renacimiento y Blanco y Negro. Imprimían muchas fotos de los personajes de la época, con la buena costumbre que identificaban al pie el personaje de la foto.

También para esas primeras décadas del siglo pasado, fue una afortunada costumbre dedicar la fotografía. Excelente práctica que nos permite, en adición a saber quién es el retratado, y por ende quién dedica, la fecha, así como información adicional sobre relaciones familiares y afectivas.

Sea la modalidad que sea que se use en la fotografía familiar selfie, convencional o formal, nuestra recomendación es muy concreta: registrar el o los nombre de las personas que aparecen en las fotos, sus fechas y lugares.

Descendientes de usted, quizás dentro de cien años, lo agradecerán.

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