INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC. |
Cápsulas Genealógicas |
en |
SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO HOY |
SÁBADO, 17 DE FEBRERO DE 2007 |
TOPONIMIA Y GENEALOGÍA: LA PRIMAVERA (7 de 15) |
Preparado por Olga Margarita Gómez Cuesta |
El Ensanche La Primavera surgió en el año de 1911 y debe su nombre a la espectacular belleza floral de estos terrenos, propiedad de don Enrique Henríquez Alfau y que fueron fusionados, hacia el este, con una porción de terreno propiedad de la familia De Castro, por el matrimonio de don Enrique con Lea de Castro. Los límites de la propiedad se definían más o menos así: al este, un lindero muy irregular producto de la fusión y que se podría definir como la hoy calle Danae; cortando hacia la hoy calle García Godoy, tomando al norte la acera sur de la avenida Bolívar (Camino de Santa Ana) hasta llegar al oeste, bordeando los terrenos de los Alfonseca, antiguamente de los Gautier, hoy calle Socorro Sánchez. Al sur, la calle Lea de Castro hacia la Pasteur, tomando una franja que colindaba con las grandes estancias de algunas familias distinguidas de la capital frente al mar Caribe. Después del ciclón de San Zenón, la parte sur de esta franja fue convertida en la Avenida Colombina (hoy George Washington), bajo la protesta airada de los propietarios de la zona. Parte de esos terrenos son actualmente ocupados por los hoteles Meliá y Jaragua, entre otros inmuebles. Don Enrique Henríquez, inspirado por el éxito inmobiliario de su vecino Pedro Antonio Lluberes, en los predios de su finca al norte de la avenida Bolívar y comprendiendo la indetenible realidad urbana por el cambio de uso en los terrenos circundantes, ideó el desarrollo de un proyecto inmobiliario con grandes mejoras frente a lo que había hecho Lluberes, dotándolo incluso de un hipódromo, que posteriormente fue convertido en el estadio deportivo donde se escenificaron las más grandes competencias entre los equipos de beisbol Licey y Escogido, ubicado donde hoy se encuentra el Instituto Escuela, prestigioso centro educativo fundado por los descendientes de don Enrique. La diferencia entre lo desarrollado por Lluberes y el Ensanche La Primavera se hizo notable por las amplias aceras y las anchas calles de 14 metros de ancho lineal que construyó Henríquez Alfau, medida igual a la utilizada en la avenida Independencia. El concepto residencial estrenado era de enclaves de lujo para familias de una clase con mayor rango económico que la de los clientes de Lluberes, ajustándose a una visión tan competitiva que llegó al extremo de aislarlo, trazando las calles de manera que no coincidieran con las de Lluberes, en el tramo norte de la avenida Bolívar. Es por ello que hoy se hace tan caótico el tránsito vehicular de sur a norte en un Gazcue totalmente dividido por Enrique Henríquez. Para colmo, los otros propietarios que continuaron el desarrollo de viviendas hacia la avenida Máximo Gómez se dedicaron a imitar ese mismo modelo, bloqueando el paso sur-norte por la avenida Bolívar. Las primeras residencias lujosas de La Primavera se levantaron en las calles Pasteur y Cervantes (otrora elegantes avenidas) y muchas de ellas fueron casi destruidas por el ciclón de San Zenón y reconstruidas posteriormente, dando paso a residencias aún más lujosas que las originales, de las cuales una mínima parte permanece conservada. Don Enrique Henríquez Alfau nació en la ciudad de Santo Domingo el 30 de noviembre de 1859. Su padre, Idelfonso Henríquez y Carvajal (n. 1841), era hijo de Noel Henríquez, natural de Curazao, y Clotilde Carvajal. Su madre, Belén Alfau (n. 1839), era hija de Antonio Abad Alfau Bustamante (1817-1871), anexionista, colaborador de Pedro Santana y Vicepresidente de la República en 1856, y de María del Rosario Villanueva (1820-1846). Abogado, político, intelectual y hombre de elevada formación moral, casó en primeras nupcias en 1885 con Lea de Castro, nacida el 22 de marzo de 1865 e hija de Apolinar de Castro Lara (n. 1836) y Virginia Gómez Alfau. De esta unión nacieron:
Enrique Henríquez Alfau casó en segundas nupcias con Oliveta Calero Travieso, hija de Manuel María Calero López y Evelina Travieso, con quién vivió en su hermosa residencia de la calle Hermanos Deligne desde 1928 hasta la hora de su muerte el 5 de junio de 1940. Ese monumento viviente de la arquitectura de Gazcue, ubicado entre la calle Lea de Castro y la avenida Independencia, se mantiene en pié de lucha contra quienes han iniciado la destrucción de la invalorable herencia que dejara la primera generación de arquitectos dominicanos en ese sector. |
|