Ulises Heureaux, 1896, foto de Julio Pou

Las limitaciones en las comunicaciones en el siglo XIX determinaban que la presencia de los presidentes de la República al Cibao fuese excepcional, por lo que sus visitas oficiales constituyeron singulares mecanismos festivos de movilización de masas en las que se reafirmaba públicamente la exaltación de su imagen. Así sucedió en 1897, cuando el presidente Ulises Heureaux estuvo en Santiago y Puerto Plata a propósito de la inauguración del Ferrocarril Central Dominicano, ocasión que fue aprovechada, por al menos tres de sus prosélitos, para convertirse en sus compadres.

Heureaux llegó a Santiago desde Puerto Plata el 14 de agosto de aquel año[1] y al día siguiente inauguró el Cementerio Cosmopolita y el Palacio Consistorial. El día 16 presenció la bendición de las locomotoras y el complejo de edificios de la estación del ferrocarril y dejó inaugurado el parque Colón. Los festejos terminaron el 18 de agosto, con un sarao a la delegación haitiana que participó de los actos[2].

Liberado de sus compromisos oficiales, el 20 de agosto Heureaux viajó a Moca, donde bautizó a Lidia María Bello, nacida el 30 de enero anterior en “Monte Jagua” [sic], hija de Eduardo Bello y María Antonia Gutiérrez. Su madrina fue Catalina Jáquez y el oficiante del sacramento fue el Pbro. Romualdo Mínguez[3]. Al día siguiente, en Santiago, bautizó a Zoila de los Angeles Decamps, nacida el 27 de junio anterior, hija de Manuel Decamps y Mercedes Pérez Pérez; su madrina fue Fructuosa Villanueva de Pérez[4]. También llevó a la pila del bautismo a Sebastián Alfonso Mera, hijo de Sebastián Mera, agricultor, español, residente en Palmarejo, y Felicia Ureña; la madrina fue Carmen Mera[5]. En ambas ocasiones ofició el Pbro. J. Luis Pérez, cura y vicario foráneo, encargado provisional de la parroquia mayor. Sebastián Alfonso, que había nacido el 4 de febrero anterior, fue declarado a las siete de la mañana de ese mismo día por su padre por ante el Oficial del Estado Civil del Segundo Distrito de Santiago Emilio Valverde[6].

Con nuevos compadres, el presidente saldría hacia Puerto Plata el 23 de agosto[7] para la inauguración de las obras del ferrocarril en esa ciudad dos días después[8]. Regresó el 26 de agosto en el vapor de guerra “Presidente” a Santo Domingo, donde fue objeto de una bienvenida triunfal[9]. Irónicamente, aquel Lilís que entonces se inclinó reverente ante los representantes de la Iglesia Católica en Moca y Santiago era el mismo que tenía una culebra protectora[10] y el que, meses atrás, había acudido al curandero de Bulla en Guaraguanó, Carlos de Vargas, para que le prestara atenciones médicas a su mentor Gregorio Luperón en Puerto Plata[11]. 

Los “ahijados del ferrocarril” no pudieron disfrutar de su padrino y quien sabe si lo retuvieron en sus recuerdos alguna vez, pues fue ajusticiado en Moca el 26 de julio de 1899. De ellos, Sebastián Alfonso Mera Ureña, fallecido en Santiago el 5 de noviembre de 1986[12], fue padre de Asela Mera Checo de Jorge, esposa del Dr. Salvador Jorge Blanco, presidente de la República en el período 1982-1986[13].  

Agradezco a Wilber Ramírez y Juan Espósito Rodríguez por la localización de las actas indicadas en esta cápsula.