Memorial Altagracia Frier Troncoso
Las tres hijas sobrevivientes del matrimonio Frier Troncoso,
tras la muerte de su padre, vivieron para siempre en Santo
Domingo junto a su madre Asunción Troncoso Pérez, conocida por
todos como Madame Frier.
La mayor, Rosa Margarita Frier Troncoso,
quien
nació
en 1863, contrajo matrimonio con Ezequiel Perdomo Molina, hijo
de Agustín Perdomo Bello y Petrona Advíncula Molina Guerrero.
Esta pareja procreó a Francisca Altagracia,
quien
nació
el 9 de noviembre de 1883; Ezequiel Emilio,
quien
nació
el 22 de marzo de 1885; Damián Agustín Clemente,
quien
nació
el 9 de octubre de 1886; Tancredo,
quien
nació
cerca de 1888; Olimpia Malvina,
quien
nació
el 8 de diciembre de 1889; Mercedes, Américo, y Angélica Perdomo
Frier,
quien
nació
el 21 de noviembre de 1896.
La tercera hija, Antonia Francisca Frier Troncoso,
quien
nació
el 15 de julio de 1866, casó el 2 de febrero de 1884 con Juan
Isidro Ortega Montaño, hijo de Miguel Ortega Abréu
y María Matilde de las Mercedes Montaño Molina, procrearon
a Miguel Virgilio,
quien
nació
el 1 de julio de 1885; Luz de María,
quien
nació
el 8 de enero de 1887; Julio César,
quien
nació
el 30 de junio de 1888; Luis Aníbal,
quien
nació
el 10 de mayo de 1890; Mercedes Laura,
quien
nació
el 1 de junio de 1892; Antoinette, quien murió a los 13 años de
edad; y Juan Isidro Ortega Frier.
Los Ortega Frier residieron por muchos años en la casa número 10
de la calle Duarte en Santo Domingo, y Antonia, siendo viuda,
residió en una casa en la esquina de las calles Arzobispo Meriño
y Mercedes de esa ciudad, hasta su muerte en 1947.
La más joven, María Altagracia (Tatá) Frier Troncoso,
quien
nació
en 1869, casó con Juan de Dios Tejada el 4 de octubre de 1890.
Él era natural de Santiago de Cuba, e hijo de Juan de Mata
Tejada y Francisca Alloa. Tatá y Juan de Dios procrearon a:
Esteban Carlos,
quien
nació
el 19 de junio de 1891; Luisa, Juan y Nellie Tejada Frier.
Tatá fue protegida de la familia Henríquez Ureña, “de la cual
—al
decir de Pedro Henríquez Ureña en sus memorias—
había llegado a considerarse miembro cercanísimo”.
Cuando
se
presentaron las complicaciones de la enfermedad que terminó con
la vida de su madre Salomé, Tatá convenció a su esposo para que
viajaran desde Nueva York a Santo Domingo, para ella hacerse
cargo del cuidado
de su maestra. Así lo hicieron y el mismo día
en que embarcaron en el vapor Ville de St. Nazaire, el 6
de marzo de 1897, falleció Salomé Ureña. En
el navío
se descubrió una fuga de agua que, unida al impacto de una
tormenta que lo azotaba, provocó su hundimiento. De sus 83
pasajeros,
solamente 18 sobrevivieron.
Uno
de los rescatados fue Juan de Dios Tejada, quien fue salvado por
la goleta Hilda, de Estados Unidos. Sin embargo, la suerte de su
familia fue otra: “Los pasajeros ciertamente perdidos
—publicó
The New York Times— fueron
la Sra. Tejada y sus tres hijos”. Más tarde confirmó Juan
de Dios Tejada la pérdida de su familia completa. En Santo
Domingo,
se erigió en el cementerio de la
avenida Independencia un
cenotafio en memoria de estos dominicanos que perecieron en el
naufragio.
Las hermanas Frier Troncoso,
a través de sus matrimonios, extendieron en el tiempo la
descendencia de Pierre André Frier, aunque su patronímico se
perdió en la generación inmediatamente siguiente,
constituyéndose así en uno de los apellidos efímeros dominicanos.