INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC. |
Cápsulas Genealógicas |
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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy |
SÁBADO, 22 DE MARZO DE 2014 |
DE niza, los Dalmasí (1 de 4) |
Preparado por Johannes Guillermo Dalmasy Frouin |
Las fuentes de onomástica indican que del nombre de pila en latín Dalmatius, que fue usado en la antigüedad por un césar de la dinastía constantina, se deriva el patronímico que luego de una serie de permutaciones gráficas que son resultado de los efectos de su registro en varios idiomas como el provenzal (Dalmacii), el italiano (Dalmassi), y el francés (Dalmassy), ha servido de precursor del apellido que los dominicanos comúnmente conocemos en castellano como Dalmasí. En su lugar de origen del sur europeo fue normativo el uso intercambiable de Dalmassi con Dalmassy, un fenómeno similar al que se evidencia en la República Dominicana por el uso coetáneo de la pareja de formas Dalmasí y Dalmasy, siendo esta última la variación adoptada por los ancestros higüeyanos del autor durante el siglo XIX. Entre los papeles privados de la familia precursora que están guardados en archivos públicos franceses se incluyen correspondencias que permiten evocar con precisión la fecha y el punto de su llegada a tierras quisqueyanas. En una de esas cartas enviadas desde la colonia francesa de Saint Domingue se evidencia que al mediodía del día de la Navidad de 1775 había llegado Jean-Baptiste Dalmassy Isnardy a la plantación de Mirebalais que era propiedad de quien fue su padrino bautismal y tío materno, el maestro-cirujano y plantador cafetalero Joseph P. Isnardy Féraud. Jean-Baptiste había desembarcado por primera vez en Puerto Príncipe el día 9 de diciembre de 1775 luego de una tortuosa navegación de más de sesenta días que había comenzado en el puerto mediterráneo de Marsella. Con una parte occidental francesa y una parte oriental perteneciente a los españoles, para esa época el fraccionamiento de la isla en dos sociedades muy distintas era un hecho palpable que además estaba ratificado por varias potencias europeas por lo convenido en Ryswick, Holanda en 1697. En la misma misiva que Isnardy le enviaba al padre de aquel chico de dieciocho años, le decía que su hijo había llegado con buen humor y en buena salud, comentándole que debería de buscar la manera de recompensar al capitán del barco que se había preocupado personalmente de que el joven no malpasara durante la travesía. Ese arribo de Jean-Baptiste al lado francés lo convierte en el primer individuo de su patronímico con paradero documentado en esta antilla, si bien posteriormente su apellido estará también referenciado al otro lado de esa frontera insular, que con sus modificaciones subsiguientes perdura hasta hoy entre los estados de Haití y la República Dominicana. |
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