Víctor Manuel Villegas
El apellido Villegas es originario, según unos, de la villa de
ese mismo nombre en la provincia de Burgos, Castilla y León, en
España. Otras fuentes sitúan su origen en la zona montañosa de
Santander, Cantabria, también de España. En la actualidad
existen censadas unas 16,000 personas con el apellido Villegas
diseminadas en España, principalmente en Barcelona y Madrid, y
un número indeterminado en diversos países latinoamericanos.
Las primeras noticias sobre este apellido en la isla de Santo
Domingo nos llegan por las listas de pasajeros a La Española,
recopiladas por doña Vilma Benzo de Ferrer, donde aparece
Francisco de Villegas, pintor artístico, llegado en la
armada de Juan Sánchez de la Tesorería, a fines de 1502. Más
adelante, Juan de Villegas, natural de Villegas, Burgos,
llegado en la nao “San Miguel”, como parte de la flota del
Virrey don Diego Colón, el 10 de julio de 1509. Este último
personaje era escribano y fue secretario de don Diego Colón en
1512, encomendero en la ciudad de Santo Domingo en 1514 y en la
villa de Lares de Guahava; lo encontramos también, como vecino de
la villa Concepción de La Vega en 1525.
Otras informaciones las refiere Carlos Larrazábal Blanco en su
obra Familias Dominicanas, esta vez sobre el capitán Lope de
Villegas, quien formó familia con doña Gabriela de Castañeda, teniendo como hijos a Inés quien nace en 1612, Juan en 1615, y
Baltasar en 1616.
Encontramos también, esta vez leyendo el Diccionario
Biográfico-Histórico de Rufino Martínez, a Antonio Villegas,
febrerista; posiblemente el mismo Antonio Villegas, sastre de
profesión, quien
firmó como testigo
—conjuntamente
con
el militar Ygnacio Rodríguez,
acompañando ambos al declarante, el comerciante Jaques Alíer
Dupont—,
el acta de nacimiento de Ricardo Julián Santiago, hijo natural
de Julián Jonson y Merced Colón,
ante Ramón Echavarría, oficial del Estado Civil, el día 18 de
abril de 1837, en la común de Santo Domingo, Departamento del
Este de la República de Haití.
A principios del siglo pasado nació Víctor Manuel Villegas
en la ciudad de San Pedro de Macorís
el 22 de septiembre de 1924,
hijo de Gloria María Villegas y el jurista
petromacorisano Moisés de Soto Durán. Los padres de Gloria
fueron Altagracia Villegas y Rodolfo Leyba Pou; a su vez,
los padres de Altagracia fueron Celimena Villegas y el
controversial presbítero y obispo de Higüey Gabriel Benito
Moreno del Christo, nombrado por el presidente Pedro Santana
como su Capellán de Honor.
Desde pequeño, Víctor Villegas se inclinó por las artes,
especialmente la poesía. Realizó sus estudios primarios y
secundarios en su pueblo natal y en la ciudad capital se graduó
de Doctor en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD) en 1948.
En ese mismo año contrajo matrimonio el día de Nochebuena con la
joven francomacorisana Amada Antonia García, quien nació el 13 de
septiembre de 1927 en Ojo de Agua, provincia Salcedo, hoy
Hermanas Mirabal. Fue hija de Reina de los Ángeles García
Rodríguez y del comerciante francomacorisano Manuel de Jesús
Pichardo Ureña, de los cuales era la hija decimoctava. Residía
en Santo Domingo desde temprana edad y era madre del niño Mario
Rafael Llaneza Jiménez (n. 26 de mayo de 1946), quien casó con
Clarisa Julia Gil Batlle en 1985.
Al año siguiente del matrimonio de Víctor Manuel y Amada Antonia
les nació la mayor de sus hijas, Gloria Amada, el 8 de
septiembre de 1949, siguiéndole después Rebeca del Niño Jesús el
3 de octubre del 1950; Víctor Rodolfo el 19 de diciembre de
1952; Lourdes Leonora el 10 de mayo de 1954; Antonio Manuel el
25 de octubre de 1956; Reina Amarilis el 26 de julio de 1958;
Mahya el 13 de abril de 1960 y por último, Patricia Selma
Villegas García, el 31 de enero de 1969.
-
Gloria Amada casó con Luis José Américo Prieto Nouel el 11
de agosto de 1973, hijo de Luis Guillermo Prieto Peña y Aida
Lucía Nouel Romero. Los hijos de Gloria Amada y Luis José son:
1) Luis José (n. 12 de diciembre de 1974) quien casó con a)
Elizabeth Yarull Ruíz, sin descendencia, y b) Lina Marcela
Florez Jaramillo y tienen por hijos a las gemelas María del
Pilar y Coral Marie Prieto Florez (n. 15 de mayo de 2010); 2)
Carmen Aída del Niño Jesús (n. 5 de septiembre de 1978) quien
casó con Guillermo José Ángel Gómez Canaán y tienen por hijos a
Sofía Marie (n. 28 de abril de 2009) y Guillermo Alejandro Gómez Prieto (n. 24 de marzo de 2011); y 3) Víctor Manuel
Prieto Villegas (n. 22 de octubre de 1980) quien casó
recientemente con Amelia Aybar Álvarez;
-
Rebeca del Niño Jesús casó con Jaime Alejandro Busquets
Pesquera el 21 de diciembre de 1973, hijo de Jaime Busquets y
Carmen Pesquera Pesquera. Los hijos de Rebeca y Jaime son: 1) Jaime
Alejandro (n. 29 de octubre de 1976) quien casó con Laura Carbó
y tienen por hija a Fiamma Busquets Villegas (n. 2009); y 2) Rebeca del Carmen
Busquets Villegas (n. 19 de noviembre de 1978) quien casó con
Carlos Sánchez y tienen por hija a Mariela del Carmen Sánchez
Villegas (n. 12 de mayo de 2010). Rebeca del Niño Jesús casó
después con Fernando Medina Martínez en 1987, y el hijo de estos
es Fernando Medina Villegas (n. 13 de mayo de 1988). Actualmente
Rebeca está casada con Enrique Dalmau Mera;
-
Víctor Rodolfo casó con Laurie Ruthman en 1976, sin
descendencia. Luego en 1984, casó con Blanca Martínez y sus
hijos son: 1) Bianca Monique (n. 21 de febrero de 1984) y 2) Víctor
Rodolfo Villegas Martínez (n. 24 de octubre de 1989). En el
2003, casó con Trang Woo y la hija de ambos es Nikita Villegas
Woo (n. 2005);
-
Lourdes Leonora casó con William Rafael Quiñones Bujosa el
29 de abril de 1974, hijo de Julián Quiñones y Mercedes Bujosa.
El hijo de Lourdes y William es William Quiñones Villegas (n. 25
de octubre de 1974). Lourdes Leonora casó después con Jack Kahl
el 18 de junio de 1983, y tienen por hijos a: 1) Kiya (n. 23 de
enero de 1984) y 2) Stanley Rae Kahl Villegas (n. 25 de julio de
1985);
-
Antonio Manuel casó con: 1) Silvia Vanderlinder Mejía en 1975,
hija de Ernesto Vanderlinder y Consuelo Mejía Feliú. Hija de
Antonio y Silvia es Silvia Marie Villlegas Vanderlinder (n. 29
de marzo de 1974) quien casó con Bennasimire Rocco y tienen por
hijos a Camila (n. 2010) y Gahil Rocco Villegas (n. 23 de abril
de 2011); 2) Landia Josefina Joa Abréu
en 1977, hija de Santo Joa y Ana Josefa Abréu. Hijo de Antonio y
Landia es Wilmy Antonio Villegas Joa (n. 26 de febrero de
1978) quien casó con Cenovia Abréu y tienen por hija a Wilmy
Anthony Villegas Abréu (n. 27 de enero del 2010); 3) Zobeida García en 1988, sin descendencia;
4) Yolanda
Bonnet en 1979, hija de Dario Bonnet. Hijo de Antonio y Yolanda
es Víctor Antonio Villegas Bonnet (n. 1988); 5) Consuelo
Mercedes Saviñón Mera el 23 de mayo de 1987, hija de Ramón
Saviñón y Zahira Mera. Hijo de Antonio y Consuelo es Antonio
Manuel Villegas Saviñón (n. 30 de diciembre de 1988); 6) Emely
Francisca Cáceres Herrera en 1990, hija de José Cáceres Bretón y
Lillian Herrera Fernández. Hija de Antonio y Emely es Paola
Amada Villegas Cáceres (n. 11 de mayo de 1993); 7) Radhive Pérez
en 1994. Hijo de Antonio y Radhive es Arturo Manuel Villegas
Pérez (n. 5 de abril de 1995); 8) Mayerlin Llopart Núñez en
2008. Hija de Antonio y Mayerlin es María Gabriela Villegas
Llopart (n. 21 de mayo de 2005);
-
Reina Amarilis casó con Milvio Amilcar Linares Tejeda el 24
de diciembre de 1985, hijo de Armando Linares y Dora Tejeda.
Los hijos de Amarilis y Milvio son: 1) Milvio Armando (n. 9 de julio
de 1985), 2) Alejandro (n. 13 de febrero de 1987) y 3) Victoria
Linares Villegas (n. 1989);
-
Mahya casó con Juan Arcadio Valle Rojas en 1986, hijo de
Arcadio Valle y María Rojas. Los hijos de Mahya y Juan son: 1) Mahya
Amada (n. 20 de noviembre de 1987) y 2) Juan Manuel Valle Villegas
(n. 9 de febrero de 1989); y
-
Patricia Selma casó con el joven político Orlando Jorge Mera,
actual Secretario General del Partido Revolucionario Dominicano
(PRD),
el 27 de julio de 1990, hijo de Salvador Jorge Blanco y Asela
Mera Checo. Los hijos de Patricia y Orlando son: 1) Orlando Salvador
(n. 1 de febrero de 1992) y 2) Patricia Victoria Jorge Villegas (n.
16 de agosto de 1996).
Don Víctor recibió un duro golpe cuando el 11 de enero de 2001 falleció su compañera de toda la vida, doña Amada Antonia,
después de un largo quebranto de salud. Juntos lograron recibir
el amor y la alegría de 25 nietos. Al día de hoy, se cuentan en
su descendencia 26 nietos y 12 biznietos.
En su juventud trabajó en el bufete de su padre Moisés de Soto
en su Macorís natal. Luego laboró en la oficina Troncoso en
Santo Domingo y más tarde en los estudios de Julio Hoepelman y
R.O. Senior. A raíz del matrimonio de su hija menor Patricia,
constituyó la firma Jorge Mera & Villegas con su yerno, el Lic.
Orlando Jorge Mera y su consuegro, el Dr. Salvador Jorge Blanco,
Presidente de la República en el período constitucional
1982-1986.
Fue profesor universitario por más de 30 años en la UASD, donde
fue reconocido como Profesor Meritísimo. Recibió en varias
oportunidades otros reconocimientos de las autoridades de la
Facultad de Humanidades y de la Rectoría de dicha institución
académica. Fue uno de los profesores fundadores de la materia de
Propiedad Intelectual en la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra. Reconociendo sus méritos en esa rama del
Derecho, en 2010, la Asociación Dominicana de Propiedad
Intelectual (ADOPI), de la que fue presidente fundador,
instituyó el Concurso de Ensayos Dr. Víctor Villegas, que premia
los mejores trabajos sometidos por estudiantes universitarios en
Propiedad Intelectual.
Fue Presidente de la Unión de Escritores Dominicanos y Miembro
de Número de la Academia Dominicana de la Lengua, así como
Miembro Correspondiente de la Academia Española de la Lengua. En
1982 obtuvo en nuestro país el Premio Anual de Poesía con su
libro “Juan Criollo y otras anti elegías”, y en el año 2000 fue
declarado ganador del Premio Nacional de Literatura. Fue un
destacado integrante de la denominada “Generación del 48”[1],
cuyos miembros ejercieron una notable influencia en la poesía
nacional en la segunda mitad del siglo XX.
Fue condecorado en el 2009 por el presidente Dr. Leonel
Fernández Reyna con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el
grado de Caballero. En 2010 fue designado Activo Cultural de la
Nación por el Ministerio de Cultura, que en un emotivo acto en
la entrada de su vivienda, develó una tarja conmemorativa. En
ese mismo año se convirtió en el primer dominicano en recibir la
Medalla al Mérito Literario y Cultural, concedida por unanimidad
del pleno de la Asamblea General de la Cámara de Diputados.
Fue además y por muchos años director de la revista Yelidá, que
recogía en sus páginas todo lo nuevo de la poesía y la
literatura dominicanas y en especial de los escritores que no
tenían fondos económicos para dar a la luz sus inquietudes
creativas.
Durante los últimos 15 años presidió el grupo literario
Cacibajagua. Siempre fue un fiel asistente a las tertulias
informales que se realizan en La Cafetera, en la calle El Conde
y en el popularmente llamado “Palacio de la Esquizofrenia”, en
la esquina de las calles El Conde y Meriño, en la ciudad de
Santo Domingo.
Algunas de sus obras son “Diálogos con Simeón” (1977),
“Charlotte Amalie” (1980), “Juan Criollo y otras anti elegías”
(1982), “Antología de poetas petromacorisanos” (1982), “Pedro
René Contín Aybar, selección y prólogo de su poesía” (1984);
“Botella en el mar” (1984), “Cosmos” (1986), “Poco tiempo
después” (1991), “La luz en el regreso” (antología) (1993),
“Ahora no es ahora” (1997), “Jamás” (2000), “Muerte Herida”
(2002), y “Poemas en voces de sus Autores” (CD-2003).
Durante los últimos cuatro años de su vida padeció de una larga
enfermedad que lo mantuvo postrado la mayor parte del tiempo,
pero en sus restablecimientos mantuvo una fortaleza increíble y
batalló contra su quebranto de una manera feroz, hasta el último
momento de su vida. En sus momentos de mejoría era llevado en
silla de ruedas precisamente a esa esquina de las calles El Conde
y
Meriño,
lugar que tanta alegría le brindaba.
Don Víctor Villegas, escritor, literato, jurista,
académico, humanista, el más prominente de los miembros de la
familia Villegas en Santo Domingo, falleció el sábado 23 del mes
de abril pasado, luego de recibir el sagrado sacramento de la
extremaunción, precisamente el Día Mundial del Libro y del
Derecho de Autor[2], una de las
aéreas a la que dedicó su ejercicio profesional como abogado. El
velatorio fue iniciado el día siguiente, Domingo de Resurrección,
en que se conmemoraba el 46° Aniversario de la Revolución de
Abril. Fue sepultado en el panteón familiar en la tarde del día
25 en el Cementerio Municipal Cristo Redentor.
En la carta de condolencias, que enviara a los familiares el
presidente Dr. Leonel Fernández Reyna, en la ocasión de su
sentido deceso, este expresa: “Los aportes del poeta Villegas
permanecerán como legado imperecedero de la identidad nacional y
para la formación académica de las presentes y futuras
generaciones de dominicanos”.
Por nuestra parte, consideramos propicio recordar ante su muerte
el poema “Creación”[3],
del puertorriqueño Evaristo Ribera Chevremont. En dicho poema el autor
narra,
que en el principio de los tiempos, cuando el Señor modelaba las
figuras, notó que el barro era muy poco, preparó el que quedaba,
lo apretó con energía y creó entonces un ser delgado, pero
resistente como vara de acero. Al terminar la obra quedó gozoso,
la coronó de gracia para suplir la ausencia de robustez, le
transmitió un espíritu de los mejores y a falta de la fuerza del
atleta, le dotó del poder maravilloso de la inmortalidad: ¡Lo
hizo poeta!
El poeta Víctor Villegas ha fallecido, pero
su obra vivirá para siempre en la memoria de la sociedad
dominicana.
Descanse en paz.
Fuentes Bibliográficas:
Benzo de Ferrer, Vilma:
Pasajeros a la Española 1492-1530,
Amigo del Hogar, Santo Domingo, 2000
Chez Checo, José:
El Presbítero y Comendador
Gabriel Moreno del Christo,
Colección Historia Total No. 4, Santo Domingo, 1996
Enfemenino.com:
Villegas,
apellidos, 1999-2011
Espinal Hernández, Edwin:
Descendencias Sacerdotales: Gabriel Moreno del Christo,
Cápsula Genealógica, Instituto Dominicano de Genealogía,
Santo Domingo, 17 de junio del 2006
Fernández Reyna, Leonel:
Carta de Condolencias,
Santo Domingo, 24 de abril del 2011
Gutiérrez, Franklin:
Escritores dominicanos,
New York, USA, 2006
Junta Central Electoral:
Padrón Electoral,
Santo Domingo, 2002
Larrazábal Blanco, Carlos:
Familias Dominicanas, Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo,
Editora El Caribe, 1967-1980, 9 volúmenes
Martínez, Rufino:
Diccionario Biográfico-Histórico
Dominicano 1821-1930, Colección Historia y Sociedad
No. 5, Editora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo,
1971
Prieto Nouel, Luis José Américo:
Descendientes de Víctor
Manuel Villegas, Santo Domingo,
2011
Prieto Nouel, Luis José Américo:
¿Somos
Parientes?,
Boletín Raíces, Instituto Dominicano de Genealogía, Santo
Domingo, Julio-diciembre 1994
Ribera Chevremont, Evaristo:
Creación, Poema,
Los-poetas.com, 1951
Tibón, Gutierre:
Diccionario etimológico comparado de
los apellidos españoles, hispanoamericanos y filipinos,
Segunda Edición, México, Fondo de Cultura Económica, 1992
Unesco.org:
Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor –
23 de abril, 2010
Colaboración de: Edwin Espinal, Julio González, Blanca
Jiménez y Luis José Prieto
Notas Bibliográficas:
[1] LA GENERACION DEL 48. Se conoce como Generación
del 48 en la literatura dominicana al grupo de poetas compuesto
por Máximo Avilés Blonda, Ramón Cifré Navarro, Abel Fernández
Mejía, Lupo Hernández Rueda, Juan Carlos Jiménez, Rafael Lara
Cintrón, Alberto Peña Lebrón, Luis Alfredo Torres, Rafael Valera
Benítez, Abelardo Vicioso y Víctor Villegas, quien dio a
conocer sus primeros escritos en la Sección Escolar del
periódico El Caribe, dirigida por María Ugarte en mayo de 1948.
El primero en publicar fue Máximo Avilés Blonda; luego, Rafael
Lara Cintrón, Alberto Peña Lebrón, Abel Fernández Mejía,
Abelardo Vicioso y Lupo Hernández Rueda. El nombre de Generación
48 dado a estos poetas surgió cuando el escritor español
Leopoldo Panero, interesado por lo que él bautizó como “uno de
los brotes poéticos más prometedores con que cuenta hoy la
poesía general de habla española”, cuestionó a Máximo Avilés
Blonda acerca del nombre del grupo y de la producción de éste.
Generación del 48 fue la respuesta de Avilés Blonda, quien al no
encontrar una salida apropiada a la inesperada pregunta de
Panero, rememoró la fecha de la primera publicación de la
Sección Escolar del periódico El Caribe, dirigida por María
Ugarte.
No todos los cuarentiochistas aceptaron el nombre de Generación
del 48. Víctor Villegas, por ejemplo, prefirió el
calificativo de Generación Integradora, debido a que el objetivo
de éste era integrar lo dominicano a lo universal. Valera
Benítez, entre tanto, sugirió el nombre de Generación de post-guerra,
en referencia directa a la Segunda Guerra Mundial que había
concluido pocos años antes. El nombre de Generación del 48 fue
controversial desde su origen. Marcio Veloz Maggiolo dice que
los poetas del 48 “no representan realmente una generación” (Cultura,
teatro y relatos en Santo Domingo, 169). Diógenes Céspedes y
Alberto Baeza Flores coinciden en llamarlo Grupo del 48. Más
severos aún son Tony Raful y Pedro Peix cuando dicen:
“Presuntuosa y desmedida es la denominación de Generación del 48
con que osaron bautizarse un grupo de poetas que advino a la
poesía dominicana a finales de la década del 40” (El síndrome de
Penélope en la poesía dominicana, 33). La mayoría de los
críticos descartan la denominación de Generación del 48 aplicado
al Grupo del 48 por sus propios integrantes.
Según Lupo Hernández Rueda, uno de los principales miembros de
la agrupación, “los poetas del 48 aprovecharon la universalidad
de la Poesía Sorprendida[4]
y el nacionalismo de los Independientes del 40 para producir una
poesía de testimonio, esencialmente política, que recreando la
historia, buscando nuestras raíces sociológicas, redescubre y
afianza el paisaje nacional, canta al hombre y su destino
transmutando en la palabra nuestra realidad en sus dimensiones
humanas y universales” (La generación del 48 en la literatura
dominicana, 50). Por otro lado, Antonio Fernández Spencer
asegura que el grupo es portador de un “nativismo” o
“nacionalismo” que lo identifica con la poesía de Incháustegui
Cabral. Y Freddy Gatón Arce dice que los cuarentiochistas no
aportaron nada en materia literaria (Muestra de ensayos de la
generación del 48, 15). Los cuarentiochistas no tuvieron una
revista literaria ni ningún medio de comunicación propio para
difundir su producción, pero, en cambio, crearon la colección El
Silbo vulnerado y aprovecharon las solapas de los primeros
libros publicados para difundir los ideales y las metas del
grupo.
Tomado de la
página digital dedicada a Escritores Dominicanos de Franklin
Gutiérrez.
http://www.escritoresdominicanos.com/ensayo13.html
[2]
Día mundial del libro y del derecho de autor - 23 de
abril
Con la celebración de este día en el mundo entero, la UNESCO
pretende fomentar la lectura, la industria editorial y la
protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de
autor.
El 23 de
abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare y el Inca
Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron –o
murieron– otros escritores eminentes como Maurice Druon, K.
Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por
este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura
universal fue la escogida por la Conferencia General de la
UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y
alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el
placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución
de los creadores al progreso social y cultural. La idea de esta
celebración partió de Cataluña (España), donde este día es
tradicional regalar una rosa al comprador de un libro.
El éxito de
esta iniciativa depende fundamentalmente del apoyo que reciba de
los medios interesados (autores, editores, libreros, educadores
y bibliotecarios, entidades públicas y privadas, organizaciones
no gubernamentales y medios de comunicación), movilizados en
cada país por conducto de las Comisiones Nacionales para la
UNESCO, las asociaciones, los centros y clubes UNESCO, las redes
de escuelas y bibliotecas asociadas y cuantos se sientan
motivados para participar en esta fiesta mundial.
Tomado de la
página digital en español de la Unesco.
Contacto: Sr.
Georges POUSSIN
- Jefe
de Sección - Division of Arts and Cultural Enterprise
http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=5125&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
[3]
CREACIÓN (1951) de Evaristo Ribera Chevremont
(1896-1976).
Cuando el
Señor, la mano fatigada
de modelar en barro las figuras,
quiso formarle a él, notó que el barro
era muy poco, preparó el que había
para plasmarle, y meditó un momento:
“Con el poco de barro lo haré enjuto,
pero lo apretaré con energía;
lo haré delgado, resistente, como
vara de acero”.
Realizó la obra;
y después coronándola de gracia
para suplir la ausencia
de robustez, le transmitió un espíritu
de los mejores, y quedó gozoso:
a falta de la fuerza del atleta,
dotóle del poder maravilloso
de la inmortalidad: ¡Lo hizo poeta!
Tomado de la
página digital Los Poetas de Justo S. Alarcón.
http://www.los-poetas.com/m/chev1.htm#CREACIÓN
[4]
LA POESIA SORPRENDIDA.
Agrupación literaria aparecida en Santo Domingo en 1943. El
origen de la Poesía Sorprendida está ligado a los Triálogos que
iniciaron los poetas Alberto Baeza Flores, Domingo Moreno
Jimenes y Mariano Lebrón Saviñón entre 1942 y 1943. Moreno
Jimenes explica el origen de La Poesía Sorprendida de la
siguiente manera:
“Baeza Flores, Lebrón Saviñón y yo nos
sentamos una vez a conversar, Baeza iba copiando todo cuanto se
decía. Aunque antes de eso yo tenía el criterio de que la
poesía no debía escribirse sino hablarse. Entonces, todo cuanto habíamos dicho en la conversación lo
titulamos: Los triálogos. Se redactaron, además, La infinita
estética, Cosmo hombre y Nuevos triálogos, este último no se
publicó. Cuando los llevé a la imprenta para publicarlos, los
titulé: Ediciones de la poesía Sorprendida, a ellos le gustó el
nombre y cuando me vieron me gritaron: hoy decidimos hacer una
revista: La Poesía Sorprendida” (Doce en la literatura
dominicana, 53).
Moreno Jimenes apareció en los primeros números de la revista La
Poesía Sorprendida, No obstante, desde la reunión inicial para
la formación de dicho grupo, éste fue excluido del mismo. Baeza
Flores y Lebrón Saviñón se reunieron con Franklin Mieses Burgos,
Freddy Gatón Arce y el poeta y pintor español Eugenio Fernández
Granell y, bajo el lema de
“Poesía con el hombre universal”, dejaron formalmente constituido el grupo.
Posteriormente Moreno Jimenes expondría lo que a su juicio pudo
haber sido la excusa de los sorprendidos para eliminarlo del
proyecto recién iniciado:
“Colaboré con ellos en algunos números;
querían que sólo publicara para ellos y no para los Cuadernos
Dominicanos de Cultura que preparaban Pedro René Contín Aybar,
Inchaústegui Cabral, Emilio Rodríguez Demorizi y Rafael Díaz
Niese. Entonces le contesté:
“Si he sido libre en la poesía, soy
un hombre libre. Me amenazaron con escribir un artículo contra
mí, pero no le hice caso”
(Doce en la literatura dominicana,
53). Los triálogos concebidos, de acuerdo al propio Baeza
Flores, en la tranquilidad nocturna de los parques Julia Molina
(actual Parque Enriquillo) e Independencia” (La poesía
dominicana en el siglo XX, 605), en la capital dominicana,
versaban sobre el amor, el mar, la poesía, el desengaño, el
sufrimiento y otros aspectos del diario vivir, en los que estaba
representado el hombre en todas sus cotidianidades.
El planteamiento básico de los sorprendidos se apoyaba en la
universalización del arte. De ahí que su postulado principal
fuera:
“Estamos por una poesía universal única forma de ser
propia; con lo clásico de ayer, de hoy y de mañana; la creación
sin límites, sin fronteras y permanente; con el mundo misterioso
del hombre, universal, secreto, solitario e íntimo, creador
siempre”.
(Manifiestos literarios de la República Dominicana,
42-44). Los sorprendidos no rechazaron el pasado ni negaron
los aportes de las culturas y las literaturas extranjeras como
lo habían hecho sus antecesores. Al contrario, estaban
conscientes de que la poesía dominicana debía abandonar el
localismo folklórico que la identificaba y acercarse más a lo
universal. Las relaciones internacionales y el intercambio con
importantes escritores europeos, latinoamericanos y caribeños de
la época, entre ellos Juan Ramón Jiménez, Emilio Ballagas,
Eliseo Diego, Jorge Guillén, Cintio Vitier, Lezama Lima, Ramón
Guirao, etc., puso a los poetas sorprendidos en contacto con la
mejor poesía y los más importantes movimientos literarios de
aquellos años. Eso los mantuvo al tanto de lo que se estaba
escribiendo en otros países de habla española.
Los integrantes de la La Poesía Sorprendida fueron: Rafael
Américo Henríquez, Manuel Llanes, Franklin Mieses Burgos, Aida
Cartagena Portalatín, Manuel Valerio, Freddy Gatón Arce, Manuel
Rueda, Mariano Lebrón Saviñón, Antonio Fernández Spencer y José
Glass Mejía. El grupo permaneció activo por cinco años, desde
octubre de 1943, fecha de la aparición de la revista La poesía
Sorprendida, órgano de difusión de sus actividades y su
producción poética, hasta mayo de 1947, cuando circuló el
último número de dicha publicación.
Durante esos cinco años salieron a la luz pública un total de 21
números. La dirección de la revista La Poesía Sorprendida fue
colectiva. Alberto Baeza Flores, Franklin Mieses Burgos, Mariano
Lebrón Saviñón y Freddy Gatón Arce fueron los primeros
directores (1-7). Pero en 1944 el gobierno ordenó que todos los
periódicos y revistas nacionales fueran dirigidos exclusivamente
por dominicanos. Dicha orden expulsó a Baeza Flores de la
revista. Entonces, Franklin Mieses Burgos se convirtió en
director único (8-13). Luego, la dirección volvió a ser
colectiva (14-16). Después, en un desafiante acto de rebeldía,
Baeza Flores y Fernández Granell aparecieron nuevamente formando
parte del cuerpo directivo. Mieses Burgos asumió por segunda vez
la función de director único (17). Finalmente Baeza Flores,
Mieses Burgos, Américo Henríquez, Fernández Spencer y Gatón Arce
tuvieron a su cargo los números finales (18-21).
Ese sistema de dirección colectiva confirma el carácter unitario
de los sorprendidos y deja establecido que aunque Mieses Burgos,
quizás por ser el mayor de todos llevara ocasionalmente la voz
directriz, el grupo no tuvo un patriarca ni un modelo estético a
seguir. Independientemente de que los sorprendidos adoptaran una
posición neutral frente a la tiranía trujilllista, pues ni
defendieron ni censuraron al régimen. Su compromiso político,
casi siempre soterrado, y su interés de integrar la poesía
dominicana a la tradición poética universal, otorgan a dichos
poetas un espacio imperecedero en la literatura nacional.
Tomado de la página digital dedicada a Escritores Dominicanos
de Franklin Gutiérrez.
http://www.escritoresdominicanos.com/ensayo12.html