Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Moca,
delante la Plaza Duarte - Foto de José Perdomo III - Tomada de
Panoramio.com
Las actas de bautismo
El bautismo, “puerta de los
sacramentos”, como lo define el canon 849 del Código de
Derecho Canónico, se confería indudablemente mediante la
ablución con agua bendita, acompañada de la debida forma verbal,
que aparece expresada con los términos “bauticé solemnemente
y puse óleo y crisma”. Los que aparecen bautizados en los
tres libros que cubre el período 1822 a 1836 eran niños, todos
de meses de nacidos, con uno o dos padrinos, quienes eran
ilustrados sobre el significado de este sacramento y las
obligaciones que conllevaba con la fórmula “a quienes advertí
el parentesco espiritual”.
El párroco anotaba en los libros
el nombre de los bautizados, los nombres de los padres y
padrinos, el lugar y día en que se administró y el día y lugar
del nacimiento. Como se observa, se trata de menciones de un
interés genealógico capital.
Llama la atención que en 1836,
el sacerdote viajó al “partido” o “pueblo” de San Francisco de
Macorís a realizar bautizos, y que al mismo tiempo varios padres
de ese “partido” o “común” llevaron a sus hijos a bautizar a
Moca. Otro aspecto resaltante es un padrino muy particular que
figura en actas entre 1828 y 1836: Mateo Medard o Medard Mateo,
jefe de escuadrón y comandante haitiano de la común.
Una figura de interés que
encontramos, específicamente en el Libro 3 de Bautismos, es Juan
Antonio Alix, cuyo apellido aparece como Aliz. Nació el 6 de
septiembre de 1833 y fue bautizado el día 15 de ese mismo mes.
Sus padres fueron Félix Aliz y María Magdalena Rodríguez y los
padrinos Gregorio Brito y Antonia Rojas.
Las actas de esta etapa, pese a
corresponderse con la época de la Ocupación Haitiana, están
escrituradas en español.
Las actas de matrimonio
En cuanto al sacramento del
matrimonio, su celebración se realizaba por ante el párroco y
dos testigos. El
sacerdote anotaba en el libro registro de matrimonios los
nombres de los cónyuges y de los testigos, y el día de la
celebración, iniciando el acta con la siguiente mención clásica:
“habiendo antes proclamado en tres días festivos intermissarum solemnia, según lo dispuesto por el Santo Concilio
de Trento, y no resultando impedimento alguno, casé y velé in
facie eclesia”. En contados casos, se indicaba la parroquia
de origen de uno de los contrayentes e incluso de sus padres, o
su estado civil —si era
viudo, por ejemplo—
o si los padres eran difuntos.
El señalamiento del lugar de origen de los contrayentes en determinadas
actas permite concluir que la Moca de la Ocupación Haitiana y la
Primera República era un espacio multicultural, en el que
confluían personas de Azua, La Vega, Santiago, Puerto Plata, San
Francisco de Macorís, Cotuí, Dajabón, Guarico, Los Cayos, Bayajá
y Puerto Príncipe, e incluso de San Agustín de La Florida, en
Estados Unidos, Badajoz en España, e Italia.