El 29 de enero de 1802, la mitad
de la flota francesa enviada por Napoleón para reimponer el
control metropolitano en Saint Domingue y Santo Domingo “donde
los negros se han hecho con el poder guiados por Toussaint-Louverture”,
llegó a Samaná, la otra mitad apareció en Cap Franςais
—Cabo
Haitiano— el 3 de febrero.
Esta fuerza expedicionaria de
58,000 hombres estaba bajo el mando del general Víctor Emmanuel
Leclerc, quien había llevado consigo a su esposa Paulina
Bonaparte, hermana de Napoleón.
La muerte del general Leclerc y
las posteriores derrotas del ejército francés, en Haití en 1804,
en Santo Domingo en La Sabana de Palo Hincado en 1808 y en la
ciudad de Santo Domingo en 1809, cuando las tropas francesas se
rindieron a una fuerza naval británica; hicieron fracasar el
proyecto de reconquista y se abandonó la idea de la posibilidad
de construir un imperio colonial en cuyo centro estaría la isla
de Santo Domingo reconquistada, al este La Martinica y
Guadalupe, al sur La Guyana; y, al norte Luisiana.
Los técnicos que acompañaron al
batallón que quedó estacionado en Samaná, iniciaron los trabajos
preliminares correspondientes a las medidas que se tomarían y a
los proyectos que se ejecutarían.
Parte del resultado de éstos
trabajos fueron una serie de mapas, cartas y planos que se
confeccionaron para tal fin; estos mapas de indudable calidad
técnica y belleza, que se conservan en la biblioteca del
Congreso Norteamericano en Washington, son una muestra evidente
de las intenciones de Napoleón para la península y la ciudad de
Samaná.
Los planos, cartas y mapas son:
v
Mapa de la
península (parte sur) 1807
v
Carta de entrada a
la rada y el Puerto Napoleón 1807
v
Plano para el
estudio del proyecto de la Villa Puerto Napoleón 1807
v
Mapa de cantones
1807
v
Mapa del plan de
entrega de tierras (del entorno de Puerto Napoleón).
Mapa de la península (parte
Sur): Como su nombre lo indica este mapa es una representación
geográfica de la tierra de la península de Samaná en su parte
Sur.
Carta de entrada a la rada y el
Puerto Napoleón: Esta es una carta de marear, en la que se
describe el mar con sus costas y los lugares donde hay escollos
o bajíos en la ensenada frente a la ciudad de Samaná.
Plano para el estudio del
proyecto de la Villa Puerto Napoleón: Este plano es el trazado
de la futura ciudad, en el figuran dibujadas a todo color la
Avenida Imperial, Plaza Napoleón, Avenidas del Sur, del Palacio,
de los Cuarteles, de la Iglesia, Napoleón, Ferrand, La Plaza de
las Armas, de la Prefetura, de la Comedia, que remataría en la
Plaza de la Comedia, donde se levantaría el teatro, Avenida del
Norte; y las calles tendrían los nombres de La Marina
—aún hoy
se conserva este nombre en una de las principales calles de
Samaná—, del Almacén, del Estado, del Arsenal, del Comercio,
Imperial, del centro, de la Plaza de Armas, del Gobierno y del
Cerro, la ciudad tendría por límites la calle de los Jardines y
la Avenida del Oeste y de un lado el mar y del otro la montaña.
Este proyecto fue aprobado por
el gobierno francés y hasta se hicieron concesiones y se envió
ayuda económica, también se le concedió al General Ferrand La
Cruz de la Legión de Honor por su iniciativa. La nueva ciudad se
construiría contigua al oeste donde actualmente está ubicada la
ciudad de Samaná.
En el mapa de cantones se señala
la división de la península en seis cantones, a estos les fueron
puestos nombres de poblados, puertos y accidentes geográficos,
especialmente a los tres que comprendían el norte de la
península, estos eran: “Canton Gran Esterre”, Cantón Gran
Estero, por el estero que corre entre Sánchez y la costa del
Atlántico, al este de Nagua. Estero que era transitable hasta
finales del siglo XIX, lo que dió lugar a que la Península de
Samaná figurara en mapas antiguos como una isla o casi
isla. “Canton du Port Limon”, Cantón de Puerto Limón, sitio del
poblado y puerto El Limón y “Canton du Port Gosier”, Cantón
Puerto Garganta.
Los nombres de los tres Cantones
que correspondían a la parte sur de la península, eran los
siguientes: “Canton de L’Esterre Noir”, Cantón del Estero Negro,
lugar que corresponde a la parte norte de la desembocadura del
Río Yuna. Los dos restantes nombres de los cantones eran:
“Canton Ferrand”, Cantón Ferrand, posiblemente en honor al
general Louis Ferrand y “Canton du Port Napoleón”, Cantón de
Puerto Napoleón, en este cantón está el poblado de Samaná y
tendría su asiento la proyectada Villa Puerto Napoleón. Cada
cantón fue a su vez subdividido en cientos de cuadrículas que
sirvieron de base para la posterior puesta en ejecución del plan
de entrega de tierras a residentes en Samaná, en el año 1808.
Mapa del Plan de entrega de
tierras (del entorno de Puerto Napoleón). En este mapa se
indican las ubicaciones de las porciones de terrenos y los
apellidos de las personas a las que les fueron asignadas.
Con esta acción las autoridades
francesas apoyaron a los colonos franceses que se habían
refugiado en Samaná, al igual que lo hicieron en otras ciudades
de Cuba y Puerto Rico, como Santiago de Cuba y Mayagüez; colonos
estos que salieron de Haití al inicio de la revolución (1791)
que culminó con la independencia de ese país (1804). Estos
repartos de tierra muestran cierto equilibrio, pues no sólo se
beneficiaron a colonos franceses como han afirmado varios
historiadores. La muestra de apellidos indica que se tomó en
cuenta no sólo el origen o nacionalidad de los beneficiarios,
sino también el peso en la conformación de la sociedad samanesa
de la época, siendo el mayor porcentaje de población de la
península y de la ciudad la de origen francés, ya que la mayoría
de las familias españolas que fueron llevadas para la fundación
de la ciudad en el 1756, se habían trasladado a Sabana de la
Mar, que fue fundada simultáneamente con Samaná; esto por el
estado de abandono en que se encontraba Samaná. Cabe señalar que
aún hoy el porcentaje de la población de la ciudad es casi en su
mayoría de descendencia francesa, por los colonos y otros
franceses que continuaron emigrando allí.
Entre los beneficiarios de este
plan figuran los apellidos: Devers, Fontane
—Fontana— Sebastien,
Rodríguez, Joubert, único en asignarle dos porciones de terreno;
Ferrand, no sabemos si esta asignación fue al Gral. Ferrand o a
sus descendientes, pues este dejó hijos en Samaná y el apellido
existe aún; Clarac, Arrenadere, Tessón, Eusebe
—Eusebio—,
Cabral, Dupiton y Sustra. Otros beneficiarios fueron: Panise,
Wiver, Sabet, Cassembron, Letang, Armand, Collier, Gasson,
Lamartelliere, Delgado, Dossoua, Lareche, Andrault, Elichat,
Duvineau, Clerle, Dominique, Diron, Lagarde, Matin, Fleury,
Gironsse, Pichot, Augrenac, Briot, BeauCoste, D’Herisse,
Maillant y Duribe. Varias porciones de terrenos fueron
declarados del estado y otras como terrenos diversos.
Algunos de estos beneficiarios
ya tenían terrenos de su propiedad y las concesiones que les
fueron hechas agrandaron sus propiedades originales.
Estas concesiones fueron hechas
de acuerdo a las leyes del imperio francés, como se puede
apreciar en el título que le fue entregado a los beneficiarios;
hay que aclarar que aunque en el mapa donde se señala la
ubicación de las tierras otorgadas solo aparece el apellido del
beneficiario en el título de la concesión figura el nombre
completo.
Algunos de los apellidos de los
beneficiarios de los repartos de tierra coinciden con el
apellido de funcionarios militares del gobierno colonial
francés, como es el caso de Tessón, BeauCoste, Cassembron y el
Gral Ferrand, lo que indica que también fueron beneficiados con
estos repartos.
El título de la concesión dice
textualmente:
Imperio Francés
Colonia de Santo Domingo
L. Ferrand, General de brigada, Comandante en jefe y
Administrador general, en funciones de Capitán-general.
Después de asegurarnos por el examen de las piezas aquí anexas,
que no hay oposición a la demanda de una concesión de:
(1)
Carreaux de tierra en la casi-isla o ”presqu’ île” de Samaná
hecha por el sr:
(2)
dirigida por nosotros para llenar las formalidades el día, mes
del año 1807(3),
y proclamado tanto en Samaná como en Santo Domingo el día, del
mes del año 1807(4),
viendo que nadie se opone a que el título definitivo de la
concesión sea entregado al peticionario, según lo he ordenado en
nuestro decreto del día, mes del año 1807(5). Nosotros
hemos concedido y concedemos en virtud de los presente al sr:
(6)
habitante de Samaná, por un día a perpetuidad, él, sus
descendientes, causahabientes, la cantidad de:
(7)
Carreaux, complementaria anexa a la propiedad actual.
La mensura a cargo del concesionario debe hacerse en el año a
partir de este día y bajo todas las otras cláusulas, reservas y
condiciones estipuladas en nuestro bando de los días, mes del
año 1806(8),
y días: meses: del año 1807(9),
el día, mes del mismo año.
El presente título de concesión conjuntamente con las piezas y
anexos a nombre de 3 que son: la petición del concesionario, la
proclama en el ayuntamiento, que ha sido publicada por 3 meses y
el certificado del Director de los Dominios, que testifica que
no ha sido hecha oposición a la demanda de esta concesión sean
registrados en la oficina de la inspección colonial y en la
dirección de dominios sobre registros particulares. Dado en el
Cuartel General de Santo Domingo el día: mes, del año 1807,
(10)
registrado en la oficina del Inspector Colonial con el #42 y
registrado en la Dirección de Dominios sobre registros
particulares. En Santo Domingo el 5 de febrero de 1808.
Subcomisionado de la Marina, Encargado de la oficina de fondos
en función de Inspector Colonial. Fdo. Bailly
Luego de la
retirada de los franceses, muchos colonos beneficiarios de los
repartos de tierra, abandonaron sus propiedades y emigraron en
la escuadra francesa.
Una gran parte de las
propiedades que fueron abandonadas, especialmente las
localizadas en la parte noroeste de la península, fueron
distribuidas por el Gobierno de Boyer, durante la ocupación
haitiana (1822-1824) a esclavos libertos norteamericanos, que
fueron invitados a emigrar a la isla y luego asentados en Samaná
(1824-1825). Hoy la mayoría de los descendientes de estos
inmigrantes aún poseen dichos terrenos.
De las más de cuarenta
propiedades que siguieron en poder de colonos franceses luego
del retorno de muchas familias a Francia, aproximadamente quince
permanecieron en manos de los descendientes hasta las primeras
décadas del siglo XX. De estas hoy sólo siete u ocho son
usufructuadas por los herederos de los propietarios
originales. Otro dato es que los lugares donde están ubicadas
estas propiedades aún conservan los apellidos y nombres de sus
antiguos dueños, pues muchos de estos se convirtieron en nombres
epónimos, esto es que son usados como nombres de lugares del
municipio, como es el caso de Arrenadere, hoy Anadel; Clarac,
hoy Villa Clara; Tessón, Dosu por Dossou y Loma de Guillermo
este último por Guillermo Joubert.
Aún con los fracasos que sufrió
el imperio, tanto en Haití como en Santo Domingo, todavía quedan
vestigios de las acciones que fueron tomadas por las autoridades
francesas en la península de Samaná, cuyos resultados aún
perduran, como es el caso de lo que bien podría llamarse la
Reforma Agraria de Napoleón en Samaná.
Notas:
(1).
Aquí se indica la cantidad de
tierra solicitada que eran medidas en carreaux, esto es el
equivalente a 20.58 tareas/carreaux.
(2).
Aquí se consigna el nombre del
beneficiario.
(3).
Aquí se señala el día, mes, del
año 1807, cuando la solicitud de concesión de tierra fué hecha.
(4).
Aquí se señala el día, mes y año
en que se efectuó la proclama.
(5).
Aquí se señala la fecha en el
que fué emitido el decreto de concesión.
(6).
Nuevamente se indica el nombre
del beneficiario.
(7).
Aquí se señala la cantidad de
tierra concedida.
(8).
Aquí se indican los días, meses
y los años de la publicación del bando.
(9).
Aquí se indica la fecha
definitiva cuando fueron entregados los títulos de concesión.
(10).
Aquí se indica donde fueron
registrados los títulos de concesión.