INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO HOY

SÁBADO, 6 DE AGOSTO DE 2005 

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LOS REGISTROS GENEALÓGICOS

Preparado por Julio Amable González Hernández

 

Vista de forma simple, la genealogía se ocupa de recoger, organizar y registrar información de una o varias familias.

El más elemental de los datos es el conjunto de nombres de cada uno de los miembros de una familia y su relación de parentesco. Claro está que siempre se trata de ir “lo más atrás posible”, o sea obtener información de los ancestros más remotos.

Sin embargo, los genealogistas tratan de obtener otros datos relativos a cada una de los miembros de la familia investigada.

La cantidad de información que se puede acumular sobre una persona determinada es considerable.

El primer dato básico es el nombre completo y sus dos apellidos. Es práctica general en América Latina y España que el primer apellido sea el del padre y el segundo el de la madre. Registrar el sobrenombre o apodo también es costumbre entre los genealogistas.

A partir de ahí tenemos datos fijos, invariables y hasta legales. Son estos:

Fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, fecha de matrimonio, lugar de matrimonio, fecha de defunción y lugar de defunción. En el caso del matrimonio, pudiese haber más de uno. Los demás son invariables, imborrables e irrepetibles.

Estos datos de cualquier individuo son tan básicos e inalterables, que legalmente se levantan actas oficiales cuando cualquiera de estos eventos ocurre en la vida de un individuo.

Pudiésemos seguir acumulando información sobre una persona determinada. En los aspectos religiosos podríamos recopilar: Religión que profesa, fecha y lugar de bautismo, sus padrinos, fecha de confirmación, lugar de confirmación, padrinos de confirmación. Estos datos pueden acomodarse a los requisitos y prácticas de cualquier religión o creencia.

En los aspectos físicos de cualquier persona pudiésemos recabar: su peso, estatura, tipo de sangre, descripción física, enfermedades que padeció y causas de fallecimiento, si esto hubiese ocurrido. Estos datos pueden ser muy relevantes en el estudio médico de cualquier miembro de esa familia.

Su ubicación física también es de interés: dirección, teléfono, celular, fax y e-mail son importantes de poseerse.

La parte puramente narrativa no deja de ser trascendente. Dónde estudió, profesión u oficio, actividades que llevaron a cabo, asociaciones a las que perteneció, cargos que desempeñó, títulos que obtuvo. Si fuese un inmigrante, la fecha y lugar desde el cual emigró.

También se suelen tener registros fotográficos de las personas. En el mejor de los casos, una cronología en diferentes etapas de su vida, de los momentos importantes de su existencia, como pudiese ser una graduación o un matrimonio.

Algunos llegan hasta obtener su grafología, obtenida a partir de correspondencias de esta persona. Es también costumbre preservar copias de documentos, cartas, testamentos, protocolos notariales, recortes de periódicos, estampas de primera comunión o esquelas mortuorias.

A partir de por lo menos una parte de estos datos, puede facilitarse la realización de lo que muchos llaman “una historia de familia”, la cual ya  han preparado y publicado varias familias dominicanas.

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