INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 03 DE MAYO DE 2014

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EL ORIGEN CANARIO DE eL tAPADO (1 de 2)

Preparado por Joan Manuel Ferrer Rodríguez y José A. González Marrero

 

Sin dudas, Luis Franco de Acevedo ocupa un lugar preferencial en el elenco de los personajes antológicos que jalonaron la historia colonial de la vetusta ciudad de Santo Domingo. Múltiples han sido las hipótesis tejidas en torno a la vida de este pintoresco personaje, mejor conocido en los mentideros criollos del siglo XVIII con el sobrenombre de El Tapado. Autores señalados, como Utrera, primero, y Valera Valdez después, han dedicado abundantes notas al estudio de este individuo y de los miembros de su dilatada estirpe. De ahí que, a ojos del lector profano, nuestras investigaciones podrían parecer redundantes y, sobre todo, ociosas. Sin embargo, las pesquisas y los hallazgos efectuados en los antiguos registros parroquiales de Nuestra Señora de la Concepción de La Orotava, en Tenerife, nos han permitido concluir que sus orígenes inmediatos hay que ubicarlos en Canarias, y no ya en Santo Domingo como en su momento se había sugerido. 

Desde luego, los datos extraídos de la magnífica obra de A. Cioranescu también acuden en abono de nuestra tesis al indicar que, efectivamente, Franco de Acevedo pasó a la Española al despuntar el Siglo de las Luces. La causa del desplazamiento, si se quiere, obedece a la presencia en estas tierras de uno de sus deudos cercanos, Agustín Franco de Medina, que había llegado en las postrimerías del XVII para ocupar una plaza de soldado.

Hay que aclarar que, ante el error que supuso la ejecución del plan de tierra arrasada rematado por el Gobernador Osorio, la corona decidió implementar una política migratoria efectiva, valiéndose de la diáspora canaria como alternativa frente al abandono en que lucían algunas porciones de la banda norte y el extremo occidental de la isla, víctimas frecuentes de las incursiones de filibusteros y de un sistemático avance de los franceses hacia el este. De ahí que la aparición de ambos personajes coincide, al menos cronológicamente, con las recurrentes hornadas canarias a la Española, que iniciaron en el último cuarto del Siglo de Oro y que dieron al traste con la fundación, entre otras, de la minúscula villa de San Carlos de Tenerife.

Pues bien, en cabeza de la línea orotavense, tenemos a Francisco de Acevedo y a Leonor de Vargas (Guerra). Estos son los progenitores de Beatriz Guerra, bautizada el 12 de febrero de 1593 (L. IV f. 272 v).

La nombrada Beatriz Guerra contrajo a su vez matrimonio, el 21 de enero de 1613, con Salvador Hernández, hijo de Duarte Juan e Isabel Sánchez. De esta unión nació, el 19 de enero de 1615 (L. VI f. 200 v) Leonor de Vargas (Armas) quien no llevó ninguno de los apellidos de sus padres.

En cuanto a Leonor de Vargas consta que tomó por esposo y se veló el 4 de junio de 1646 con Juan Franco (Francisco) de Medina con quien procreó a: Mateo, tronco de los Franco de Medina dominicanos, bautizado el 26 de septiembre de 1649 (L. X f. 131 v)  y a Felipe Franco, que sigue, cuyo bautismo se celebró el 29 de julio de 1655 (L. X f. 244 v).

Felipe Franco de Acevedo desposó, el 17 de mayo de 1677, a Ángela Francisca Temudo, hija de Amaro Delgado, natural de Icod y María de las Nieves (Temudo) Pérez. Fueron sus hijos: Luis Franco, en quien continúa la línea, y María Francisca de las Nieves.

Luis Franco Delgado y Acevedo, bautizado en La Orotava en 1680 (L. XII f. 159 r) celebró desposorio, el 4 de octubre de 1701, con Inés de Herrera y Oliva, hija del alférez Juan Herrera y Juana Donis de Oliva. Este matrimonio engendró a: Luis Franco, de quien se hablará seguidamente.

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