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Cápsulas Genealógicas

 

SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 31 DE AGOSTO DE 2024

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ANCESTRO ESCLAVO EN EL SEIBO EN EL SIGLO XVIII (1 de 6)

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

La inmigración de esclavos utilizados como mano de obra en haciendas y hatos y en residencias de la élite para la crianza de ganado y el cultivo de productos agrícolas como el tabaco, cacao, añil, café y algodón en la colonia española de Santo Domingo, producto en buena medida del contrabando y deserciones en la colonia francesa de Saint Domingue, favoreció el crecimiento de la población de la parte este de la isla en el siglo XVIII. Según el código negro elaborado para Santo Domingo, en 1784 se estimaba que había 15 mil negros y pardos de un total de 54 mil habitantes[1]. Los esclavos provenían tanto de la costa occidental africana, trasladados por corsarios ingleses, franceses y holandeses, protagonistas del contrabando generalizado en toda el área del Caribe después de la Guerra de Sucesión española[2], como de la colonia de Saint Domingue, fugados y algunos capturados en virtud de los acuerdos firmados al amparo de la alianza entre Francia y España a partir de la guerra de 1739[3].

La mayoría de los habitantes, en especial las capas superiores, se dedicó a la actividad hatera, dado el rol que jugó la colonia como abastecedora de ganado de Saint Domingue[4]. En efecto, la parte española se convirtió en proveedora de ganado vacuno y caballar, además de tabaco. Los beneficios que se obtenían de ese comercio motivaron que se expandiera la actividad ganadera por toda la isla, en especial en las áreas norte y oeste, que mantuvieron intercambio con los franceses. En el este también existieron grandes hatos, sobre todo en Hato Mayor y El Seibo[5]. De estos dos lugares, conforme un censo de reses vacunas de 1772, El Seibo ocupaba el segundo lugar (28,000) después de Hincha (30,000) y en 1774 figuraba en tercer lugar en cantidad de animales (13,750), después de Santiago (26,467) e Hincha (19,335) [6].

Una revisión de actos auténticos instrumentados por escribanos públicos y de cabildo y alcaldes ordinarios de El Seibo respecto de esclavos que llevaron apellidos y nombres asumidos como tales en el siglo XVIII permite concluir que estos eran vendidos como bienes muebles, desde la edad de un año hasta los sesenta y que su valor oscilaba entre 40 y 400 pesos, siendo los rangos de 25 y 40 años y los de 110 y 300 pesos los de mayor cantidad de transacciones.


Notas Bibliográficas:

[1] Torres Agudo, Ruth Elites y grupos de poder: los hacendados de Santo Domingo (1790-1795) (tesis doctoral), Universidad de Salamanca, 2008, p.51-52 y 55-56.

[2] Torres Agudo, idem, p.53.

[3] Torres Agudo, idem, p.55.

[4] Torres Agudo, idem, p.54.

[5] Torres Agudo, idem, p.425.

[6] Torres Agudo, idem, p.426.

 

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