Fortaleza San Luis en Santiago de Holger R.
Escoto
De la ascendencia del general
Fernando Valerio, héroe de las batallas de Santiago (1844) y
Sabana Larga (1856), se tenía conocimiento hasta ahora gracias
al informativo testimonial que él mismo promovió por ante el
presbítero Domingo Antonio Solano, cura y vicario foráneo de
Santiago, el 11 de agosto de 1827, para obtener la dispensa del
impedimento, que por consanguinidad, le unía a su prometida
Petronila Suriel Fernández, nieta de una hermana de su madre.
Pero en este documento constan apenas sus abuelos maternos, por
ligarse por esta línea a su futura esposa. Así, indica que era
hijo legítimo de Narciso Valerio y Elena Gil; su madre era hija
de Diego Gil y Francisca Tineo. Gertrudis Gil, hermana de su
madre y esposa de Nicolás Fernández, era a su vez madre de
Manuela Fernández, esposa de Pablo Suriel y madre de Petronila
Suriel Fernández. El parentesco de consanguinidad de segundo con
tercer grado por línea transversal desigual no hacía necesario
establecer otros ascendientes.
Dispensas localizadas en el
Archivo Histórico del Arzobispado de Santo Domingo por Julio
González Hernández, bibliotecario del Instituto Dominicano de
Genealogía, y una compulsa realizada en los archivos de la
parroquia, la Oficialía del Estado Civil y el Juzgado de Paz de
San José de las Matas por el investigador genealógico Mario
Jáquez Torres, han permitido conocer dos nuevas generaciones de
ascendientes de este militar independentista, así como parientes
colaterales en San José de las Matas, que se remontan al siglo
XVIII.
Francisca Tineo, abuela de
Valerio, era hija de Juan Tineo Gil y Simona Grullón. A su vez
Juan Tineo Gil era hijo de Juan Tineo y Francisca Gil. Francisca
Tineo Grullón tuvo cinco hermanos: Rosa, esposa de José Tavares;
Francisco, esposo de Josefa Jiménez; Juan, esposo de Juana
Tavares, Domingo y Manuela Tineo Grullón, esposa de Ignacio
Tavares. Manuela Tineo Grullón fue tatarabuela del munícipe
santiagués Manuel de Jesús Tavares Portes.
Gertrudis Gil, tía de Valerio y
abuela de su esposa, además de Manuela, fue también madre de
José, Nicolás y Gertrudis Fernández Gil. José casó con Gerónima
Valerio y luego con Petronila Núñez; Nicolás fue esposo de María
Ramona Núñez Tineo, mientras que Gertrudis fue esposa de Joaquín
de Luna. Los tres fueron troncos de extensas líneas de los
apellidos Fernández y Luna en Jánico y San José de las Matas.
De Narciso Valerio, padre de
Fernando Valerio, no se tienen datos sobre sus ascendientes. A
partir de dispensas de habitantes de San José de las Matas, se
ha podido localizar como ascendiente más antiguo de este
apellido en la zona a un Fernando Valerio nacido hacia 1750. La
homonimia de ambos personajes podría apuntar a una vinculación
familiar entre ellos. Carlos Dobal apunta que Miguel Román
Valerio —nacido en 1767 en Puerto Rico y tronco de la familia
Román-Leguizamón— era primo del general Valerio a través de su
madre Juana de Dios Valerio. Es extraño que siendo parientes,
Rodolfo Ramón Pichardo Román, nieto de Román Valerio, no
necesitó dispensa para su matrimonio en Santiago en 1870 con
Juana Francisca Valerio Suriel, hija de Valerio. Su parentesco
tenía que ser dispensado por la autoridad eclesiástica, por ser
su esposa “prima segunda” de su madre Generosa Román Leguizamón.
En su instancia de 1827 al
presbítero
Solano, Fernando Valerio declaró ser “natural y vecino” de
Santiago, testimonio que mueve a interrogantes. En efecto, el
término “natural” significaría que había nacido en Santiago,
contradiciendo así a algunos autores que sitúan su venida al
mundo en Sabana Iglesia. No obstante, hasta 1814, cuando se
erigió la parroquia de San José de las Matas, los habitantes de
su jurisdicción, conforme dispensas de la misma época, se
llamaban naturales de Santiago. Valerio declaró tener 20
años en 1827, por lo que nació hacia 1807, esto es, antes de la
creación de la parroquia serrana.
La palabra “vecino” abre
igualmente preguntas. Valerio testimonió que para entonces era
labrador, lo que puede llevarnos a considerar que su domicilio
no era propiamente la ciudad de Santiago de los Caballeros. ¿Acaso
viviría en realidad en una comunidad rural en la tierra de sus
ancestros?
En conexión
con esto, llama la atención que la compañía que como capitán de
Guardia Cívica comandó el 30 de marzo de 1844 en Santiago,
estuvo conformada por andulleros de Sabana Iglesia. Su condición
de hombre dedicado al laboreo agrícola y sus vínculos con
familias serranas bien pudieron ser la clave para dicha
integración.
Fuente Fotográfica:
Escoto, Holger R.: Fortaleza San Luis, en Santiago de los
Caballeros