Movimiento Restaurador
Santiago Rodríguez Milou nació
presuntamente en Dajabón en 1809, cuando esta pertenecía a Fort
Liberté y se estableció en Sabaneta después que esa ciudad
noroestana fue incendiada y destruida tras el paso de las tropas
haitianas encabezadas por el general Pierrot, que venían en
retirada tras la humillante
derrota sufrida en Santiago el 30 de marzo de 1844. Al
producirse la Anexión a España el 18 de marzo de 1861, Santiago
Rodríguez desempeñaba el cargo de acalde constitucional de Sabaneta, cargo que mantuvo a pesar de no estar de acuerdo con
el estado de cosas entonces imperante.
Fue líder de la acción conocida como el Grito de Capotillo, con
la cual se dio inicio a la Guerra de la Restauración, el 16 de
agosto de 1863, junto a otros 13 revolucionarios: José Cabrera,
Benito Monción, Eugenio Belliard, Segundo Rivas, Alejandro
Bueno, Palilo Reyes, Juan de Mata Monción, San Mesquita, Tomas
Aquino Rodríguez, Sotero Blanc, Juan de la Cruz Álvarez, Juan A.
Polanco y Pedro A Pimentel.
Como muchos grandes personajes de la historia, su vida
está llena de misterios y
no está exenta de mitos; a él se le atribuye la
fundación de Sabaneta, población que hoy día es la capital de la
provincia que lleva su nombre.
Eso es sin dudas un mito,
pues familias dajaboneras que huyeron de las
barbaries haitianas se ubicaron después de la destrucción de
Dajabón por las tropas de Pierrot en 1844, a orillas del rio
Yaguajal, en las inmediaciones del viejo hato El Cercadillo,
propiedad de don Tomás Contreras, que existía antes de 1789 y
que aparece en el itinerario de Santiago a Dajabón, que consigna
Delmonte y Tejada en su
“Historia
de Santo Domingo”.
El terreno escogido por esos habitantes fue el de la denominada
Sabaneta Novillo, también conocida como Sabaneta Española, que
entonces constituía una de las secciones de la común de San José
de las Matas, donde existía previamente un caserío. Este pequeño
poblado ya contaba con una ermita en 1815, como consta en las
actas de defunción de Catalina Jáquez y Felipa Pilarte viuda
Uceta, fallecidas en 1815 y 1816 respectivamente, en dicha
comunidad. En el primero de estos documentos se consigna que
Catalina Jáquez
“falleció
en Cana, muy distante de este lugar. Se enterró su cuerpo en la
ermita de Sabaneta, de esta parroquia vecina”.
En la defunción de Felipa Pilarte viuda Vicente Uceta, en 1816, se indica:
“fallecida
en su casa de campo en Cana, a distancia de cinco leguas de este
lugar y sepultada en la ermita de Sabaneta”.
Por tanto, afirmar que Santiago Rodríguez fundó Sabaneta es una
exageración.
Así como se le atribuyen determinados hechos, del mismo modo se
le desconoce el mérito en otros, como el papel desempeñado
durante la Anexión a España y su rol en la Guerra de la
Restauración, epopeya en la que se ha resaltado como su
“primera
espada”
al general Gregorio Luperón, quien estuvo ajeno a los aprestos
iniciales en contra del yugo español, no sobresaliendo sino a
partir de la toma de Santiago en septiembre de 1863.