INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC. |
Cápsulas Genealógicas |
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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy |
SÁBADO, 19 DE DICIEMBRE DE 2020 |
eL aPELLIDO SALADO: PATRONÍMICO EN EXTINCIÓN |
Preparado por Carlos Alonso Salado |
Este apellido, poco común aún hoy en día, hizo acto de presencia en la genealogía dominicana en la persona del soldado Rafael Salado Romero, quien el 4 de junio de 1696 casó en la Catedral Primada de América con Juana Bautista de Herrera. Era “soldado de la Compañía del Capitán Don José del Puerto”, natural de Sevilla, España, e hijo de Joseph Salado y Ana Romero. Dio origen a una descendencia que llega a nuestros tiempos ininterrumpidamente, a través de más de tres siglos de historia. El año de 1823 vio nacer a Juan Salado Arias, perteneciente a la quinta generación del apellido Salado en el país. Venido al mundo en los comienzos de la ocupación haitiana, lo encontramos luego de la Independencia dedicado a quehaceres comerciales en el ahora olvidado barrio de Navarijo. Francisco Moscoso Puello, en su obra homónima, lo describe como sigue: “D. Juan Salado era de los comerciantes madrugadores de la calle del Conde. Temprano, antes que la calle entrara en actividad, se le veía dando paseítos por la calzada, atusándose el bigote, negro y abundante que lo hacía un ciudadano tan respetable. Los bigotes de D. Juan Salado eran de los más distinguidos de la calle del Conde”. Dedicado al negocio de artículos vidriados —las ahora casi olvidadas quincallerías—, Juan Salado Arias casó en 1847 con Carlota Molina Peña, sancarleña, descendiente en tercera generación del canario Antonio Molina. Primogénita de Ramón Molina Guerrero y María Nicolasa Peña, fue parte de un amplio grupo familiar que incluía a su hermana María del Carmen Molina Peña, quien casó con el maestro José Reyes, coautor del Himno Nacional. Los hijos de Juan Salado Arias y Carlota Molina Peña fueron los siguientes: María (1848-1850), María Teresa (1850-1861), Juana (1852-1934), quien casó con Jorge Dacosta Gómez Pardo (1851-1916); Juan (1854-1921), Emilio (n. 1858), Mercedes (1851-1950), quien contrajo matrimonio con Pedro Pereyra Arvelo (n. 1856); Anita (1863-1864), Altagracia (1865-1869) y Ercilia Salado Molina (n. 1871). De estos hijos, Juan Salado Molina daría continuidad al apellido. Casó con Mercedes Castro García, hija de Jacinto de Castro (1810-1896), presidente provisional de la República en 1878 y presidente de la Suprema Corte de Justicia. Fueron los padres de Carlota de Jesús (1878-1960), quien casó con Alcibíades de Peña y se radicó en Santiago de los Caballeros; Juan Bautista (n. 1880) y Ramón Arístides Salado Castro (1883-1965), quien casó en 1906 con su prima Libia Rosa Dacosta Gómez Salado (1885-1965). La sucesión patronímica se concretó a partir de la pareja formada por Ramón Salado Castro y Libia Rosa Dacosta Gómez Salado, que procreó los siguientes hijos: Altagracia Isbelia (Bebetta) (1907-1991), quien casó en 1939 con Carlos Alonso García (1899-1988), dejando descendencia; Ramón Emilio (1909-1974), quien casó con Ana Delia Vega, procreando igualmente descendencia; Celeste Libia (1910-2005), quien casó en 1952 con Alexander Bohlig (f. 1965), con descendencia; Miriam Mercedes (1912-2002), quien casó en 1946 con Joseph Sharp Pubill (f. 1986), sin descendencia; Inés Francelia (1914-1977), quien casó en 1944 con Julián Elías Padovani (1910-1995), también con descendencia; y Rosa Dalia Salado Dacosta Gómez, cuyas fechas de nacimiento y fallecimiento desconocemos y quien murió siendo menor. Como puede verse, de estos hijos, solamente los hermanos Salado Vega llevan el apellido Salado en primer orden (paterno), por lo que en ellos y en su descendencia masculina radica la continuidad de este escaso apellido, que se extingue en nuestro país. |