INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 1 DE JULIO DE 2023

|<< INICIO<< AUTOR< ANTERIORCALENDARIOPOSTERIOR >AUTOR >>INDICE >>|

 

El incendio de Santiago en 1863 y su impacto genealógico

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

Plano de Santiago de los Caballeros, 1863

El 6 de septiembre de 1863, la entonces deleznable población de Santiago de los Caballeros, como producto de fuertes brisas y la explosión de numerosos alambiques, fue arrasada casi por completo por el incendio desatado a propósito del sitio tendido a las fuerzas anexionistas españolas por el ejército dominicano en la fortaleza San Luis, en plena guerra de la Restauración. En el plano a pluma levantado tras el desastre por el español Ignacio López, una línea irregular sobre la Cuesta de las Piedras establece que apenas sobrevivió una veintena de manzanas del “Pueblo Arriba”; conforme el testimonio de un soldado español anónimo, perteneciente a la columna española que vino desde Puerto Plata a auxiliar a sus compatriotas sitiados en la fortaleza, más de tres mil casas quedaron hechas cenizas y rescoldos.

Fuese obra de los dominicanos o de los españoles, que buscaron desacreditarse y responsabilizarse mutuamente, aquel siniestro dejó sensibles huellas. En lo inmediato, la mayor parte de la población perdió sus propiedades inmobiliarias y mobiliarias. Consecuentemente, la privación de sus bienes dejó a los santiagueros en la indigencia. En el largo plazo, las cicatrices fueron más profundas: la desaparición de papeles familiares conservados desde el siglo XVIII, así como la pérdida de los archivos civiles, eclesiásticos y notariales, dificultó en lo sucesivo la demostración de edades y estados civiles y la titularidad inmobiliar adquirida con antelación, del mismo modo en que venían afectando esos derechos el incendio de 1805, provocado por los “briganes” haitianos de Dessalines, y el terremoto de 1842, que derribó los edificios que resistieron el terremoto de 1751, el cual dejó en pie apenas cincuenta bohíos de tablas de palma cubiertos de yagua.

Para la genealogía, la pérdida resultante de aquel incendio fue irreparable. La memoria de la Primera República y la del resto de períodos antecedentes desapareció. La iglesia parroquial mayor, que atesoraba actas de bautismo y matrimonio y con seguridad de enterramientos eclesiásticos, quedó convertida en hospital de sangre por los españoles sitiados, de modo que fue interrumpida para siempre la posibilidad de ahondar en las generaciones previas al incendio de una cantidad ingente de personas.

¿Qué tanto se perdió? El terremoto de 1842 redujo Santiago a una masa de ruinas, no quedando en pie ninguna de las 700 casas que entonces tenía; con sus trepidaciones, la iglesia parroquial mayor se destruyó, con lo que la ciudad perdió así todo vestigio de su arquitectura colonial. Entretanto, en 1805, después de haber fracasado en el sitio de Santo Domingo, en su retirada hacia Haití, Henri Christophe convirtió en cenizas el reloj público, altares y archivos y con ellos la ciudad. De suerte que lo producido durante la colonia hasta 1805 desapareció entonces y en 1842 lo generado entre la Era de Francia y la Ocupación Haitiana. La documentación producida a partir del sismo de 1842 fue barrida en 1863.

¿Qué tan rico era el material abrasado por las llamas? El contenido de los documentos que muchas personas hicieron valer con posterioridad al incendio y el número de notarios mencionados en ellos permiten asegurar que lo consumido tenía un valor incalculable para la genealogía y la historia de la ciudad, como lo revelan actos correspondientes a la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX incluso amparos reales del siglo XVIII y Dones Nacionales expedidos durante la Ocupación Haitiana, protocolizados en archivos de notarios como Joaquín Dalmau, Sebastián Pichardo y Narciso Román; las dispensas matrimoniales otorgadas a vecinos de Santiago y su entorno a partir de 1765, que obran en el Archivo Histórico del Arzobispado de Santo Domingo, y los documentos disponibles en el Portal de Archivos Españoles (PARES) del ministerio de Cultura y Deporte de España. 

En definitiva, si bien el incendio favoreció la salida de las tropas españolas de Santiago y el dominio de la región norte por el gobierno restaurador, el sacrificio documental fue invaluable y es un lastre irremediable para la genealogía dominicana.  

 

|<< INICIO<< AUTOR< ANTERIORCALENDARIOPOSTERIOR >AUTOR >>INDICE >>|