Concepción Bona Hernández
Concepción Bona y Hernández confeccionó en la clandestinidad
la primera bandera dominicana diseñada por Juan Pablo Duarte y
que ondeó la noche del 27 de febrero de 1844 en la Puerta del
Conde. Era hija de Ignacio Bona Pérez y Juana de Dios Hernández.
El primero aparece como la firma número 90 del Manifiesto de la
Independencia Nacional. Al momento era una joven de 18 años de
edad.
En la
familia de Concepción Bona, el más lejano ancestro que conocen
sus descendientes es el abuelo de la heroína, Lorenzo Bona,
nacido en Génova en 1754 y cuyas raíces son originarias del
Piemonte, al norte de Italia. Su expediente militar (Legajo
7289, Simancas Microfilm 116532/Sección Guerra Moderna,
Valladolid, España), suscrito en 1799 por el coronel Agustín Sassala, del Regimiento Fixo de Puerto Rico, indica que Lorenzo
Bona sirvió 20 años en el regimiento de Nápoles, participando en
jornadas tales como la toma de la plaza de
Melilla (Marruecos), en 1774, y en el sitio y ataque de la plaza
de Gibraltar en 1782.
El mismo
documento indica que en abril de 1794, Lorenzo Bona ingresó al
Regimiento Fixo de Puerto Rico como “Soldado de Fortuna”,
sirviendo por nueve años. Este documento también establece que
estuvo destacado en el este de la isla de Santo Domingo y que
participó en la jornada del Azuey. Siendo viudo, conoció en
Santo Domingo a María Merced Pérez Díaz Morales, viuda de
Pantaleón Pina, madre del prócer Juan Pina y abuela del benjamín
de los Trinitarios, Pedro Alejandrino Pina.
De la
unión de Lorenzo y María Merced nació en 1800 el hermano menor de
los Pina Pérez, Ignacio Bona Pérez, quien casó con Juana de
Dios Hernández, prima hermana de Josefa Brea Hernández, esposa
de Matías Ramón Mella, procreando doce hijos: María Concepción,
María Manuela, Manuel de Jesús, Águeda, Francisco, María Balbina,
María Merced, Antonia y Rafaela. Otros dos hijos, Estanislao y
Juan Inocencio, murieron párvulos.
En este
nivel generacional desaparece el apellido Bona en la estirpe de
Concepción Bona y Hernández, ya que sólo dos de sus hermanos
arribaron a la adultez: Francisco, quien casó con Asunción Ramírez
Alonso, procreando a María Manuela, Virginia y Natalia Dominga
Bona Ramírez. El otro hermano, Manuel, canónigo, no dejó
descendencia.
María de
la Concepción Bona y Hernández casó en 1851 con el comerciante
banilejo Marcos Antonio Gómez y Carvajal, hijo de José María
Gómez Guerrero y María de Regla Carvajal.
La
descendencia directa de Concepción Bona y Marcos Antonio Gómez
deriva de cinco hijos: Eloisa, quien casó con Federico Velásquez Lajarriga; Marcos Antonio, quien casó con Altagracia Martí; José
María, quien casó con su prima Altagracia Pina Morel; Manuel de
Jesús, quien casó con Caridad Gumá de Frías; y Rafael María, quien
casó con su prima hermana María Altagracia Gómez Pina.
Los
descendientes directos
de estas familias
suman 26 nietos, 58 bisnietos (de los cuales sobrevive una buena
parte), 97 tataranietos, y más de 120 choznos, de los cuales los
dos últimos nacieron en el año 2007.
Como queda visto, el apellido Bona de origen italiano en nuestro
país se extinguió con las tres sobrinas de Concepción Bona de
Gómez, por lo que nadie puede atribuirse la condición de ser
descendiente colateral suyo y mucho menos directo, por el hecho
de ostentar ese patronímico como primer apellido.
Fotografías de Concepción Bona y Hernández