INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC. |
Cápsulas Genealógicas |
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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy |
SÁBADO, 4 DE MARZO DE 2017 |
DESIDERIO ARIAS: DESCENDENCIA Y PARENTELA COLATERAL (2 de 2) |
Preparado por Austo Rafael Arias |
De su hermano solo se sabe que se embarcó por Montecristi junto a un grupo de jóvenes para combatir en San Pedro de Macorís en una fecha no determinada; a partir de entonces, su hermana perdió su rastro. La citada hermana fue madre a su vez de sus únicos sobrinos, a saber: Abelardo Arias (Las Aguas, 1898-Gozuela, 1956), procreado con Felipe Rivas; María Eneria Álvarez Arias (f. 2000), procreada con Arturo Álvarez; Ramona Arias Castro (n. 29 de febrero de 1904), procreada con Saturnino Castro; Hermógenes Arias (n. 19 de abril de 1907); Francisco (22 de mayo de 1909-14 de diciembre de 1981), José Laureano (n. Gozuela, 4 de julio de 1910), Altagracia (Gozuela, 6 de enero de 1912-Santiago, 2000) y Carmen Evangelista Belliard Arias (n. 5 de octubre de 1913), procreados con Onofre Belliard Sánchez, y Estanislao (5 de mayo de 1902-22 de febrero de 2003) y Ramón Castro Arias (Montecristi -Santiago, 1993), procreados con Isidro Castro. De estos sobrinos, sus únicos parientes colaterales directos:
Rafael Darío Herrera consigna que Desiderio Arias, quien vio desaparecer a sus principales colaboradores y fue doblegado por una serie de humillaciones por parte de Trujillo, se rebeló en su contra en abril de 1931, luego de haberle acompañado en un recorrido por la Línea Noroeste como senador por la provincia de Montecristi y después que sus relaciones personales, en apariencia, se habían normalizado. Fue asesinado el 20 de junio de ese año en los cerros de Gurabo, Mao, tras ser delatado por unos de sus acompañantes, cayendo acribillado por una patrulla del Ejército Nacional encabezada por el capitán Felipe Ciprián, como parte de una ofensiva que fue seguida directamente por Trujillo, quien prácticamente instauró su gobierno en Mao. Su cabeza fue cercenada y posteriormente unida a su cadáver por el médico militar Ángel Delgado Brea. Su cuerpo fue trasladado a Santiago y luego a Montecristi, donde fue sepultado, a pedido de su viuda, a quien Trujillo visitó para ofrecerle sus condolencias. Herrera precisa que la muerte de Arias dejó huellas indelebles entre los maeños “y durante largos años el Ejército Nacional no les dio cabido a los aspirantes a ser miembros de ese cuerpo nativos de aquí, lo que pone en evidencia la suspicacia que mantuvo el tirano hacia los habitantes de Mao” (Herrera: 2010: 113). Con la muerte del líder nordestano, subraya Herrera, culminó la “etapa heroica” de la política dominicana (Herrera: 2010: 118). |