Lope de Bardecí, “el Viejo”, nació en Vizcaya hacia 1496, hijo de Martín de Bardecí y de Mayor Pimienta, vecinos de Becerril de Campos, Palencia. Viajó a la isla el 26 de marzo de 1511. Fue criado y teniente gobernador del virrey don Diego Colón, vecino de Santo Domingo en 1514, tenedor bienes de difuntos en 1515, teniente tesorero de la Santa Cruzada en 1518, Procurador de la Española, alcalde mayor en 1528, regidor de la ciudad de Santo Domingo en 1537 y oficial real en 1541.

Casó con doña Isabel Núñez de Andrada, doncella de la virreina doña María de Toledo desde 1508, con quien llegó a la Española en la flota de Diego Colón el 10 de julio de 1509. Era hija de Jerónimo de Andrada y Francisca de Agüero, naturales de Cebreros, Ávila. Era sobrina de Jerónimo Agüero, quien fuera fiel servidor del almirante Cristóbal Colón y ayo de Diego Colón.

La pareja concibió a Pedro, nacido hacia 1520, Isabel y Juan, nacido hacia 1525. Este último recibió una esmerada educación. Con vocación sacerdotal, fue nombrado canónigo tesorero de la catedral de Santo Domingo en 1547. Aparece como oficiante en el matrimonio de uno de sus sobrinos.

Lope de Bardecí casó en segundas nupcias con Aldonza de Mella, engendrando a Lope y Pedro de Bardecí de Mella.

Esta familia tuvo relevancia en la época colonial; su vivienda en la actual calle Padre Billini, número 55, aún se mantiene en uso y fue ocupada por el presidente Juan Bautista Vicini Burgos.

De los hijos de Lope de Bardecí, Pedro de Bardecí de Andrada casó con Francisca Justiniani, nacida en Sevilla, procreando a Pedro y Baltasar de Bardecí Justiniani. Pedro fue nombrado Adelantado de Cuba y casó con Elvira Pacheco, con quien procreó a Baltasar de Bardecí Pacheco. Casó también con María de Parada, procreando a Pedro, Juana y Bernardina de Bardecí Parada. La descendencia en Cuba mantuvo el apellido Bardecí hasta el siglo XX.

De su lado, Pedro de Bardecí de Mella casó con Juana Agüero de Peralta, con quien procreó a Pedro de Bardecí Agüero. Este Pedro casó con Ana María Ruíz, procreando a Simona y Tomasina de Bardecí Ruíz. Esta última casó con Juan del Castillo de Torrequemada, procreando a Pedro (n. 1626) y Lope (n. 1629) del Castillo de Bardecí. En lo adelante, el apellido se pierde en la sucesión de descendientes de las de Bardecí en Santo Domingo, pudiendo identificarse su descendencia hasta finales del siglo XVII y principios del XVIII.

Lope de Bardecí fue propietario de uno de los ingenios existentes en la Española en el siglo XVI, cuya ubicación describió Gonzalo Fernández de Oviedo: “Otro buen ingenio fundó é tiene Lope de Bardeçia, veçino desta cibdad: el cual está en la ribera de Niçao, a nueve leguas desta cibdad de Santo Domingo, y es de las muy buenas haciendas que acá hay desta calidad”.

Obsérvese que Fernández de Oviedo escribe Bardeçia y no Bardecí, transformación fonética que se impuso a la grafía original del apellido y que derivó en el nombre Valdesia, que ostenta una sección del municipio de Nizao, en la ribera oeste del río homónimo, en la provincia Peravia.