Nuestros ancestros
directos ¿cuántos
son?
Podríamos definir ancestros directos como aquellas personas que
nos engendraron, más los que engendraron a los que nos
engendraron y así sucesivamente.
En este tenor, todo ser humano
biológicamente tiene dos padres, cuatro abuelos, ocho
bisabuelos, dieciséis tatarabuelos...etc., independientemente
que se sepa o no cuáles fueron sus nombres.
Esa progresión geométrica
aumenta a cifras impresionantes.
Hagamos un ejercicio tomando
como punto de partida niños dominicanos que hayan nacido en los
siete primeros años del presente siglo XXI.
Un estimado aceptable del tiempo
de una generación son 25 años, por lo que, cuando en 1950
Trujillo celebraba los 20 años de haber ascendido al poder,
estaban naciendo los cuatro abuelos de los niños del siglo XXI.
Siguiendo nuestro
viaje al pasado, el dictador Ulises Heureaux fue asesinado en
las calles de Moca en 1899. Para esa época, estaban naciendo los
16 tatarabuelos de los niños desde los cuales partimos.
Retrocediendo unos 55
años más, nos encontramos con la proclamación de la Independencia
Nacional, con hechos tan emblemáticos como el trabucazo de Mella
o el izamiento de la primera bandera dominicana. A la sazón,
nacían los 64 cuarto-abuelos de los niños del siglo XXI.
Cabe señalar que esos
64 ancestros directos ubicados en un mismo plano generacional
no necesariamente nacían en el territorio que precisamente se
empezaba a denominar República Dominicana. Parte de ellos
pudieron haber nacido en uno o varios países diferentes y
mediante los procesos migratorios, ellos o sus descendientes,
haber ingresado posteriormente al territorio nacional.
Un buen día del año de
1795 amanecimos franceses cuando España cedió a Francia la parte
oriental de la isla. Para esa época, nacían los 256 quintos abuelos de unos niños que todavía no tienen la más
remota idea de las vicisitudes que pasaron sus ancestros
directos.
Para el 1655, la isla
fue atacada por Penn y Venables. En esa época nacían
16,384 décimo sextos abuelos de los niños del
siglo XXI.
Otro momento difícil
de la colonia ocurrió en 1586, con el ataque y la ocupación de la
ciudad de Santo Domingo por el pirata Francis Drake. Nacían para
la fecha
131,072 séptimos abuelos.
Sólo saltando tres
generaciones atrás nos encontramos con los finales del siglo XV,
cuando tres carabelas europeas por primera vez se asomaron a las
costas de esta isla. Esa visita cambió dramáticamente el curso
de toda la historia.
En nuestro conteo de
ancestros directos por niveles generacionales, nos encontramos
con la asombrosa suma de
1,048,576 octavos abuelos
que
nacían para la época en que Cristóbal Colón navegaba por estos
mares.
Aquí paramos y nos
preguntamos: ¿Quiénes eran? ¿Qué hacían? ¿Cómo se llamaban?
Caber señalar que cada
uno de los casi nueve millones de dominicanos del presente
cuenta con
1,048,576 ancestros directos,
21 generaciones
atrás.
Debe también aclararse
que ese
1,048,576 de ancestros directos es un hecho biológico producto
de un cálculo matemático. Sin embargo, en la práctica puede ser
menor en cantidad de gentes diferentes. Esto así, porque en la
ascensión de la pirámide invertida que se desarrolla en la
elaboración de nuestros ancestros directos puede llegarse por
diferentes vías a una misma persona.
Entrando en el campo
de las posibilidades, de seguro que entre ellos habían taínos de
los diferentes cacicazgos en que se dividía la isla; habitantes de las costas occidentales de África; ciudadanos de los diferentes reinados de una Europa que recién
salía del medioevo y personas de origen musulmán del reino
nazarita en el sur de España. No se excluyen palestinos y
judíos.
Es más difícil entrar
en la especulación del oficio de nuestros ancestros directos
para la época del Descubrimiento. Es probable que hubiese de
todo, sin descartar a un esclavo y un noble.
Lo único cierto es que esa desconocida carga genética pesa en
los diferentes maternales y escuelas primarias de República
Dominicana.
Cuadro: colaboración de
vjan