La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más comúnmente
conocida como la iglesia de “Los Mormones”, tiene su origen en el primer
tercio del siglo XIX. Según sus seguidores, Joseph Smith Jr., su
fundador, tuvo unas apariciones de Dios Padre y de Jesucristo,
quienes lo designaron profeta. El 6 de abril de
1830, Smith Jr. y unos 56 seguidores, quienes dicen tener
su origen en la iglesia primitiva cristiana, establecieron la
sede de la iglesia en Fayette, New York.
En su primera década
de existencia, la sede de la Iglesia fue mudada de New York a
Kirtland, Ohio, debido en parte a las persecuciones de que eran
objeto. El mismo Joseph Smith Jr., fue asesinado por una
multitud en Carthage, Illinois.
Su sucesor, Brigham
Young, también señalado como profeta, condujo a sus seguidores
al valle de Salt Lake, en el estado de Utah, en la parte
occidental de los Estados Unidos.
Su sede permanece aún
en Salt Lake City, Utah. Con los años, su crecimiento y
expansión ha sido extraordinario. En la actualidad, su membresía
supera los 12.5 millones de personas, considerándose la cuarta
religión en tamaño en los Estados Unidos y una de las de mayor
tasa de crecimiento de miembros por año en muchas partes del
mundo.
Una característica muy
particular de los miembros de dicha iglesia es la investigación
y registro de sus ancestros, esto hasta donde sea posible. Así
lo determinan sus ordenanzas, no como un fin, sino más bien como
un medio.
La razón de la intensa búsqueda
de los antepasados llevada a cabo por los miembros de la Iglesia
de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se debe a su
creencia de que las relaciones familiares pueden durar para
siempre y no “sólo hasta que la muerte los separe”. Según ellos,
Jesucristo le reveló a Joseph Smith Jr., “que la misma
sociabilidad que existe entre nosotros aquí en la tierra,
existirá entre nosotros allá en la eternidad, pero la acompañará
una gloria mayor”. De esta forma, los miembros de la familia que
acepten la expiación de Jesucristo y sigan su ejemplo podrán
estar juntos para siempre.
Igualmente, se proporcionan
otras ordenanzas como el bautismo, para los que hayan fallecido
sin haber tenido la oportunidad de recibir el evangelio de
Jesucristo. De esta forma, se promueve la realización del
“bautismo de los muertos” a favor de los antepasados de todos
los miembros de dicha iglesia.
La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días no ha escatimado esfuerzos ni
recursos para proveer a sus seguidores de todos los medios
posibles y necesarios para investigar sus ancestros.
Con la finalidad de proporcionar
a sus miembros herramientas para la investigación de sus
antepasados, la iglesia, previa autorización y coordinación con
las instancias correspondientes, ha microfilmado todos los
registros civiles y parroquiales existentes al momento de ese
proceso de todos los países donde tiene seguidores.
Una copia de la microfilmación le es entregada al custodio legal
de los documentos. Igualmente, se preserva una copia en las
bóvedas de la Iglesia en Salt Lake
City. También conservan copias en los Centros de Historia
Familiar de la iglesia del país de que se trate, donde están
disponibles al público en general para su visualización de forma gratuita.
Los primeros miembros de la iglesia llegaron a República
Dominicana en el año 1978 y en poco tiempo iniciaron la
microfilmación en las oficialías civiles y en las parroquias de
todas las actas de nacimiento, matrimonio y defunción que
estuvieron disponibles.