Los centros de
Historia Familiar son dependencias
—normalmente adyacentes a los
templos— donde se preservan determinadas cantidades de rollos
microfilmados. Cuentan también con lectores para que el
visitante pueda cómodamente acceder a la información contenida
en el rollo mismo. Usualmente, los rollos físicos y el
inventario de estos se encuentran muy bien organizados. Siempre
personas de la iglesia, con buen conocimiento general del tema,
asisten a los visitantes. El horario de servicio varía de un
centro a otro. Resulta muy atractivo sentarse en un centro de
Historia Familiar en Santo Domingo, por ejemplo, y poder ver un
acta de nacimiento de Montecristi, de matrimonio de Samaná o de
defunción de Barahona.
A la fecha, en
República Dominicana existen unos 1,200 rollos. Estos cubren desde
los documentos más remotos hasta los de años recientes. La
iglesia tiene reglas muy estrictas para la documentación que
maneja, observando las leyes sobre derecho de autor y
privacidad, por lo que no se microfilman registros de personas
vivas, ni se reproducen los rollos de microfilms a menos que el
custodio legal del material microfilmado haya otorgado su
permiso.
Independientemente del
uso, que por razones dogmáticas, los miembros de la iglesia les da
a esta información, la misma es de vital importancia para los
países donde se han llevado a cabo las referidas
microfilmaciones. Esta transferencia del documento a otro medio
de registro y su localización en otros lugares, permite su
preservación contra incendios, desastres, inundaciones o
simplemente el deterioro por el tiempo mismo. Existen
innumerables ejemplos en muchas partes del mundo, muy
particularmente en el sudeste asiático, donde los desastres
naturales han destruido los registros civiles. Gracias a los
rollos de los Mormones se ha podido recuperar la información.
Aquí en República Dominicana, muchos de los registros
microfilmados hace unos 30 años ya no existen físicamente.
La otra gran ventaja
de las microfilmaciones es que la iglesia comparte gratuitamente
con sus miembros y no miembros la información genealógica
contenida en sus rollos de microfilms. Esto lo lleva a cabo a
través de 3,575 centros de Historia Familiar en 65 países en
todo el mundo. Estos centros están enlazados vía “internet” con
todos los recursos de investigación genealógica que ofrece la
iglesia, tales como censos, registros civiles, registros
parroquiales, bibliotecas, colecciones genealógicas, árboles
genealógicos, etc.
En República
Dominicana, la iglesia posee seis centros de Historia Familiar en
el Distrito Nacional y otros tantos en el interior del país.
Entre estos se pueden contar los de Santiago, San Francisco de
Macorís, La Romana, La Vega, Puerto Plata, Azua y San Cristóbal.
La biblioteca de
Historia Familiar de Salt Lake City constituye la más gigantesca
colección de registros genealógicos del mundo. Esta se encuentra
protegida bajo rigurosas medidas de seguridad y estrictos
requerimientos medioambientales, en una red de túneles que
alcanzan los 210 metros hacia el interior de una montaña de
granito.
La biblioteca de
Historia Familiar es mundialmente famosa por poseer 2.3 millones
de rollos de microfilms, 180,000 microfichas con 900 imágenes
cada una, 288,000 libros y 4,500 periódicos.
Como queda visto, extraordinario e invaluable ha sido el aporte
realizado por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días a la genealogía dominicana y universal.