INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC. |
Cápsulas Genealógicas |
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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy |
SÁBADO, 14 DE NOVIEMBRE DE 2020 |
Presencia dominicana en Cabo Haitiano, 1875-1899 (1 de 5) |
Preparado por Juan de Jesús Espósito Rodríguez |
Expuso el investigador norteamericano Samuel Hazard en su afamado libro Santo Domingo, Past and Present, with a Glance at Hayti, que a principios de la década de 1870 la ciudad de Cabo Haitiano era “a pesar de ser de los más antiguos pueblos de la isla, una ciudad en ruinas”, al no poder recuperarse de las catástrofes que la redujeron a cenizas y escombros entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. Pese a las circunstancias, la antigua “París de las Antillas” aún prevalecía como centro de comercio del norte de Haití. Su actividad mercantil gravitaba en torno a un activo e intenso intercambio comercial de cultivos y manufacturas con Europa y el resto del Caribe, con el que atraía el establecimiento de casas comerciales y mercaderes foráneos. Este dinamismo económico fue propicio para estrechar vínculos con las poblaciones de la región del Cibao, relación sustentada en el desarrollo de una reciprocidad comercial, cultural y social que suscitó profundos lazos afectivos y mercantiles. De tal manera, los citados enlaces salieron a relucir en el momento en que Puerto Plata se convirtió en una de las ultimas urbes dominicanas en abrazar la causa independentista en 1844, y, posteriormente, cómo el Estado dominicano adopto el uso de la moneda haitiana para consumar pagos en las provincias del norte en la década de 1880. Aún más, muestra notable de este nexo lo constituye la presencia de familias dominicanas establecidas allí a partir de la época de la Anexión, algunas en búsqueda de oportunidades económicas, como lo fueron los esposos Juan Isidro Jimenes y Santos Domínguez, quienes vieron nacer allí tres hijos, incluyendo a Ana Rosa Jimenes Domínguez (n. 1883), quien fuera madre superiora en Costa Rica bajo el nombre Mére Altagracia de Sión, y José Antonio Jimenes Domínguez (1887-1938), presidente de la Suprema Corte de la Republica Dominicana entre 1931 y 1934, y a la vez que otras se vieron exiliadas por causas políticas, como fue el caso del prócer restaurador Máximo Grullón Salcedo, fallecido allí a inicios de 1878. Como evidencia de la presencia dominicana, transcribimos un extracto de matrimonios civiles de dominicanos e hijos de extranjeros nacidos en territorio dominicano que casaron en Cabo Haitiano en el último cuarto del siglo XIX. Como podrá observarse, es notoria la presencia de personas nacidas en Puerto Plata, muestra de que el contacto entre ambas ciudades se mantuvo aun después de la independencia.
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