El poblado de Moca en 1871 de Samuel Hazard
En el interés de conocer los más antiguos orígenes familiares mocanos,
el 1 de diciembre de 2007, el Ministerio de Cultura y la
Academia Dominicana de la Historia suscribieron un acuerdo con
esos fines, en virtud del cual el autor de esta cápsula fue
contratado para relevar la información pertinente contenida las
partidas de bautismo, matrimonio y defunción de la Iglesia de
Nuestra Señora del Rosario de Moca. El período abarcado según el
tipo de acta fue el siguiente: defunciones, 2,040 actas, de 1822
a 1854; bautizos, 2,970 actas, de 1822 a 1836, y matrimonios
1,215 actas, de 1822 a 1851. En total 6,225. La información,
levantada por Leonardo Díaz Jáquez, actual presidente del
Instituto Dominicano de Genealogía, ofrece el número del libro,
del folio y del acta correspondientes, fechas de las actas,
nombre y edad del fallecido, bautizado y casado, según el caso,
nombre de sus padres, de los padrinos, en el caso de los
bautizos, y los testigos, en el caso de los matrimonios, lazos
consanguíneos y anotaciones en relación al estado civil, a la
grafía de los apellidos y otras de carácter marginal respecto
del lugar de la muerte o nacimiento y solemnidades relacionadas
con su enterramiento.
El examen de estas partidas revela, en forma común, la ortografía
original de determinados apellidos, tales como
Roxas, Texada o Ximenes, así como
la deformación
que, en su escritura y/o pronunciación, prohijaron generaciones
sucesivas de determinados patronímicos en torno a la real e
inicial ortografía de los mismos, como es el caso especial de
Bencomo, transformado en Bencosme. En otros casos, consonantes y
vocales aparecen trastocadas por otras,
o
eliminadas, acaso por una pronunciación dificultosa. Ejemplo de
estos son los apellidos Acebedo-Acebeo-Aseveo, Almanza, Allala,
Albares-Alvare,
Anduja,
Balenzuela, Balerio, Baptista,
Barga-Burgas-Valga-De Valgas, Barensuela,
Basques,
Bentura, Bulgo, Carabajal, Caravallo, Caseres, Cava, Chave,
Contrera,
Coronao,
Cortorrial, Dias, Ernandes,
Estreya,
Ferreyra, Garcías, Geres, Gomes,
Gonsales,
Henrique, Iciano-Yciano,
Lopes,
Maldonao, Megía, Mendes, Mendosa, Molla, Oballe-Obaye, Obiedo,
Olibares, Olibero, Pallero, Peres, Regalao, Ribera, Salasar,
Sanhes, Sapata, Sepeda, Sevallo, Sisnero,
Surier,
Tabera, Tavera, Torrez, Trofel, Vidó
y
Xaques.
Las actas de esta
parroquia contienen una información valiosísima para los
estudios genealógicos en Moca. En esta serie daremos a conocer
algunos de sus aspectos más relevantes.
Las actas de defunción
El primer libro de defunciones de la parroquia de Nuestra Señora del
Rosario abarca el período comprendido entre 1822 y 1849 y sus
actas fueron instrumentadas por los sacerdotes fray Juan Antonio
Hernández —entre febrero de
1822 y junio de 1823— y Gabriel Sánchez, este último a partir de junio de 1823 hasta octubre
de 1849. En el segundo libro, los asientos registrales aparecen
suscritos por el sacerdote Silvestre Núñez a partir de octubre
de 1849, figurando en ellos todavía en diciembre de 1854. Hay
que suponer que los fallecimientos ocurridos antes de 1822 en
esta demarcación eran igualmente registrados, ya fuese en la
ermita existente en el lugar o en la parroquia de La Vega, de la
que era sufragánea.