Corrían los primeros años de la
década de 1950 cuando un Juez de la Corte de Apelación del
Departamento Judicial Duarte en San Francisco de Macorís,
decidió indagar sobre sus ancestros.
Para la época no había muchos
recursos disponibles y mucho menos experiencia de gente que
pudieran orientarle.
El improvisado investigador se
llamaba Luciano Alberto Díaz Hernández, quien había nacido
hacia 1894 en Gurabo, Santiago. La familia que él se proponía
investigar era la familia Díaz, más concretamente la familia
Díaz de Gurabo.
Lo que se le ocurrió a Luciano
Alberto fue entrevistar a los “viejos Díaz” en Gurabo, o donde
estos se encontrasen, para indagar lo que ellos sabían, habían
oído o
recordaban de sus antepasados.
A medida que avanzaba en sus
indagatorias, tomaba notas de cada hallazgo, de cada nombre, de
cada detalle.
El trabajo fue organizado y
mecanografiado, terminando el mismo el 15 de febrero de
1956.
No sabemos quien guardó aquel
trabajo, pero si sabemos que Luciano Alberto Díaz Hernández
falleció el 6 de noviembre de 1964 en la ciudad de Santiago de
los Caballeros.
Décadas pasaron y aquel
documento, basado totalmente en historias y tradiciones orales,
reposaba no se sabe en que archivo o gaveta.
No fue hasta 1999 cuando nos enteramos
de la existencia del referido escrito, para lo cual hicimos todas las gestiones posibles para obtener una copia
del mismo. Nos movió sobre todo el interés personal, ya que
nuestra
abuela paterna era de apellidos Díaz y Díaz, ambos de Gurabo.
El documento en sí constituye un
sorprendente manojo de información con muchos datos hasta el
momento desconocidos.
Sin embargo,
nuestra labor como genealogista no se detuvo en el recibimiento y cotejo de la
información suministrada. Fue más lejos. Nos dedicamos a
validar documentalmente toda la información en él vertida. La
estructura de la familia Díaz de Gurabo conlleva una cierta
complejidad por sus recurrentes cruces con las familias
Domínguez y Méndez, entre otras tantas de la misma comunidad.
Para ello apelamos a las actas
del estado civil, protocolos notariales, dispensas eclesiásticas,
así como de otros documentos y publicaciones relacionados con familias de
Gurabo, etc.
Después de años de investigación,
teniendo como base el documento de Luciano Alberto Díaz
Hernández, el cual a su vez estaba fundado en la tradición oral
de la familia como dijimos, el resultado final ha sido que,
excepto la mención de “los tres hermanos que se dispersaron a
pueblos diferentes”, todo el resto de la información ha sido
documentalmente comprobada. Aún más, se ha ampliado y
complementado considerablemente.
Por ejemplo, el documento
original establece que el tronco de los Díaz de Gurabo era
Domingo Díaz. Hoy sabemos que su nombre fue Domingo Díaz Pérez,
quien nació hacia 1770 y era hijo de Pedro Díaz y Francisca
Pérez.
Cita Luciano Alberto los hijos
que tuvo este Domingo Díaz Pérez sin mencionar la esposa. Hoy
sabemos que la madre de estos hijos fue Paula de León Valerio,
quien era hija de Francisco de León y Paula Valerio.
Más adelante, nos dice Luciano
Alberto que “Santiago Díaz Jiménez, hijo de Domingo Díaz Pérez y
su primera esposa, casó en primeras nupcias con una señora de
apellido de León”. Hoy sabemos que esa señora se llamó Isabel de
León.
De esta forma, hemos encontrado
una tradición oral que ha resultado ser verdadera por haberse
podido comprobar documentalmente su autenticidad.
Las palabras escritas por Luciano Alberto en 1956 fueron
premonitoras cuando nos dice en su introducción: “Mi propósito
al tratar de hacer este trabajo, lo más completo posible, es
dejar un punto de partida desde donde cada miembro de mi familia
pueda continuar el árbol genealógico que le corresponda”.