La tradición oral es inexacta
con respecto a datos esenciales del tronco de la familia Bermúdez
de Santiago. José Manuel Bermúdez dice que su bisabuelo
Erasmo
Bermúdez Jiménez era hijo de Nicolás Bermúdez, general que luchó
junto a Bolívar en la batalla de Carabobo y cuyo nombre “aparece
en una tarja en la avenida de Los Próceres en Caracas”. La tarja
de la avenida Los Próceres no es tal y confunde dicho elemento
con el “Monumento a los Próceres”, dos imponentes monolitos en
cuyas superficies se han grabado los nombres de los héroes
militares de mayor relevancia (entre los que debe figurar, si
fue militar, el de Nicolás Bermúdez) y donde también aparecen
interpretadas, en singulares altorrelieves, las principales
batallas de la independencia venezolana.
El fenecido José Ulises Franco
recoge que Erasmo Bermúdez Jiménez era “natural de la ciudad de
Cura en Venezuela, donde había nacido en 1825” y que llegó al
país desterrado “por el gobierno del presidente Falcón de
aquella República”, contando apenas “24 años de edad”. Sin
embargo, en el acta de defunción de dicho personaje se señala
que era natural de la ciudad de Valencia, en el actual Estado
Carabobo.
Sobre el punto de que fue “desterrado”,
en los tomos dos y tres de la Colección de Leyes y Decretos de
Venezuela, que abarcan los años 1841-1850 y 1851-1860, no
encontramos ningún texto en el que se ordene la expulsión del
ciudadano Erasmo Bermúdez.
Erasmo Bermúdez ya residía en
Santiago antes de 1859, por haberlo así declarado a los miembros
de la Comisión Investigadora creada por el Gobierno Provisorio
de la Restauración mediante decreto del 14 de octubre de 1863
para determinar las causas que produjeron el incendio de la
ciudad en el mes de septiembre de 1863.
Este documento nos hace dudar
del año de 1849 como el de su llegada. Y es que de 1849 a 1863
corren catorce años. De tener tanto tiempo de residencia, ¿acaso
así no lo hubiese expresado, al menos de manera más aproximada?
¿No fue su declaración tomada en una época en la que debía tener
presente todavía en su memoria los años que tenía viviendo en
Santiago? ¿Por qué es en 1862, trece años después, cuando ofrece
“información de testigos” ante el cura coadjutor de Santiago,
“con el fin de demostrar su cristiandad y libertad de estado” para contraer matrimonio? ¿Por qué es el 20 de agosto de 1865,
dieciséis años después, que nace su primera hija, Auristela
Bermúdez Rochet?
Relata José Ulises Franco,
entre otras tantas cosas, que Bermúdez “había cursado estudios
de medicina en su país de origen”. Sin embargo, en el Archivo
Histórico de la Universidad Central de Venezuela no encontramos
a ningún Erasmo Bermúdez titulado por la Universidad entre 1831
y 1863.
Otra de las numerosas
interrogantes que surge en el rastreo de la vida de Erasmo
Bermúdez es cuándo se produjo la instalación de su casa licorera.
Se ha fijado el año de 1852 como el de su creación, pero esta
fecha —que alude— al momento en que supuestamente don Erasmo
Bermúdez adquirió su primer alambique, es simplemente un dato sin
confirmación.
Aparenta, por todo lo expresado
anteriormente, que la llegada de Erasmo Bermúdez no se
produjo
en 1849, y si fundó su casa licorera en 1852, ¿por qué en un
anuncio publicado en 1881 avisaba a sus “relacionados de 21 años”,
remontándose así a 1860?
Las numerosas interrogantes que
arroja el rastreo por la vida de Erasmo Bermúdez y el desarrollo
de la industria heredada por sus descendientes, nos llevan a
pensar que se ameritaría de una investigación tendente a
esclarecer esos puntos indefinidos de los orígenes de tan
distinguida familia, que se precia de marcar la edad del ron
dominicano.
Fuentes Bibliográficas:
Espinal
Hernández, Edwin: Consideraciones históricas sobre el
origen de la familia Bermúdez, De mi quehacer
genealógico, Instituto Dominicano de Genealogía, serie
Charlas Genealógicas, volumen I, Santo Domingo, 2003
Franco,
José Ulises: Erasmo Bermúdez, La Información,
17 de marzo de 1986