La evolución humana (u hominización) explica el proceso de
evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros
hasta el estado actual. El estudio de dicho proceso requiere un
análisis interdisciplinar en el que se aúnen conocimientos
procedentes de ciencias como la genética, la antropología física,
la paleontología, la estratigrafía, la geocronología, la
arqueología y la lingüística.
El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a
los individuos del género homo. Sin embargo, los estudios de la
evolución humana incluyen otros homininos, como Ardipithecus,
Australopithecus, etc. Los científicos han estimado que las
líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se
separaron hace entre 5 y 7 millones de años. A partir de esta
separación, la estirpe humana siguió ramificándose, originando
nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo
sapiens.
La opinión predominante entre los científicos sobre el origen de
los humanos anatómicamente modernos es la hipótesis conocida
como
“Out
of Africa”,
que sostiene que el Homo sapiens surgió en África y migró fuera
del continente alrededor de 50.000 a 100.000 años atrás,
reemplazando las poblaciones del Homo erectus en Asia y los
Neandertales en Europa.
Con el advenimiento del estudio del ácido
desoxirribonucleico (ADN), se tiene un respaldo genético a la
tradicional hipótesis de la migración de África. En 1980, Brown
propuso por primera vez que los humanos modernos provienen de un
ancestro común mitocondrial que habría vivido hace unos 180.000
años (Brown, 1980), y en 1987, los investigadores Rebecca Cann,
Stoneking y Wilson demostraron que el Homo sapiens se originó en
África y migró de allí al resto del mundo, sustituyendo a los
humanos arcaicos (Cann, 1987).
Genéticamente, el ancestro común de todos los seres humanos es
una
“Eva
mitocondrial”,
por vía materna, y un
“Adán
cromosomal-Y”
por línea paterna. La Eva mitocondrial se estima que vivió hace
150.000 años. En cambio, el Adán cromosomal-Y, según recientes
investigaciones, lo sitúan en 140.000 años. En pocas palabras,
el ancestro común de todos los humanos basado en pruebas
genéticas se asume como una persona del Paleolítico (la Edad de
Piedra).
Sin embargo, hay que aclarar que, desde una perspectiva global,
no es posible identificar quien es el ACMR (ancestro común más
reciente) de todos los humanos; no obstante, lo que sí es
posible es brindar una estimación del tiempo en que vivió.
Con el avance de la ciencia y la tecnología han surgido nuevos
estudios, basados no solamente en pruebas de ADN, sino también
en pruebas de tasas de mutación, estudios demográficos y una
serie de factores adicionales.
Estos estudios indican que el ACMR pudiera ser mucho más reciente
de lo que originalmente se pensaba.
Tres de los investigadores más destacados en este campo, Steve Olson, quien se especializa en ciencias matemáticas y es autor
de varios libros y artículos publicados en las más prestigiosas
revistas de ciencias; Joseph Chang, un experto en estadística de
la Universidad de Yale, y Douglas Rohde, un neurocientífico del
Instituto de Tecnología de Massachusetts y experto en
computadoras que ahora trabaja para Google, crearon un programa
informático o simulador que proyecta una población inicial en un
mapa en el pasado, donde los primeros habitantes participan en
las actividades diarias, al tiempo que migran, todo basado en el
conocimiento de historiadores, antropólogos y arqueólogos acerca
de la frecuencia con que las poblaciones del pasado emigraron
dentro y entre los continentes. Utilizando este modelo con
niveles moderados de migración, se reveló que el ancestro común
más reciente de todos los seres humanos pudo haber vivido tan
recientemente como para el año 55 dC.