Robert Reid Cabral,
en cuya casa se ocultaron temporalmente Juan Tomás Díaz, Antonio
de la Maza, Salvador Estrella Sahdalá y Marcelino Vélez Santana
luego del ajusticiamiento de Trujillo, era hermano de Donald
Reid Cabral, quien figuraba en el grupo político del complot
junto a su primo hermano Juan Bautista (Gianni) Vicini Cabral,
principal cabecilla del mismo, al que también pertenecían los
hermanos Carlos y Marcelino Vélez Santana y
José Francisco y Manuel Tapia Brea y Eduardo
Álvarez Perelló y Federico Carlos
Álvarez Morales,
estos últimos tío y sobrino, respectivamente. Un primo hermano de los
Reid Cabral y Gianni Vicini Cabral, José María Cabral Vega,
se cita como una de las personas indirectamente implicadas.
Cometido el
magnicidio, Antonio Imbert Barrera, otro de los
ajusticiadores, buscó refugio en la casa de su primo Manuel
Durán Barrera; Luis Amiama Tió, enlace entre el grupo
político y el general José René (Pupo) Román Fernández, pudo
esconderse en casa de otro primo de Imbert Barrera, Andrés
Freites Barrera, y Amado García Guerrero hizo lo
propio en casa de su tía América García Pereyra. Es
preciso anotar que Urania Mueses Pereyra, esposa de Salvador
Estrella Sahdalá era prima de García Guerrero.
Andrés Freites Barrera, miembro del grupo conocido como
el de “Mr. X” y quien informó al entonces cónsul de Estados Unidos
Henry Deaborn de la eliminación física de Trujillo, estaba
casado con Antonia Evangelina Vásquez Gautier, quien
resultaba prima segunda de Antonio de la Maza Vásquez por ser
hija de Máximo Leonte Vásquez Gautier y Genoveva Gautier
González y nieta de Francisco Leonte Vásquez Lajara, hermano de
Hortensia Vásquez Lajara, abuela de De la Maza. Era también
prima hermana de Ana Josefina Gautier Mercado,
esposa de Tabaré Alvarez Pereyra, en cuya casa posteriormente se
ocultó Amiama Tió.
José René
(Pupo) Román Fernández, entonces Secretario de Estado de
las Fuerzas Armadas, y quien fue contactado para articular el
golpe de Estado que seguiría a la muerte de Trujillo, sería
procurado una vez ocurriese el hecho por intermedio de un
hermano, Ramón Horacio (Bibín) Román Fernández.
El ex coronel Manuel Emilio Castillo, quien “en cierto
modo” estaba comprometido o conocía de que se gestaba un
movimiento para derrocar al dictador, era suegro de Manuel de Ovín Filpo, quien preparó los cartuchos de la escopeta que
usó Antonio de la Maza para el primer disparo que impactó a
Trujillo.
La conquista
de adeptos para la causa del 30 de Mayo se vio cumplida, como
hemos demostrado, con la fundamental conquista de parientes en
progresión geométrica. Queda claro que la confianza y el secreto
que fluían de los nexos consanguíneos fueron claves en la
propagación del anhelado ideal de la desaparición de Trujillo,
manifestándose en la presencia de padres, hijos, hermanos,
primos, tíos, sobrinos, cuñados, yernos y suegros en las
acciones preparatorias y ejecutorias del Día de la Libertad.