INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 31 DE MAYO DE 2025

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HABEMUS GEANEALOGIÆ: lOS ANCESTROS DE ROBERT FRANCiS pREVOST

Preparado por Joan Manuel Ferrer Rodriguez

 

La fumata blanca que se elevó el jueves 8 de mayo de 2025 sobre los cielos de Roma para anunciar al mundo la elección de un nuevo pontífice no sólo produjo la euforia colectiva de los millones de miembros de la ecúmene católica, sino que desató la curiosidad del resto del mundo, ansioso por conocer hasta el más mínimo detalle sobre la vida y los orígenes de León XIV, cuyo nombre secular Robert Francis Prevost Martínez da perfecta cuenta de la mezcla de pueblos y culturas que ha venido operando en América, y en particular el Circuncaribe, a partir del siglo XVI.

Sobre las líneas paternas, de los Prevost y Fontaine, hay pocas dudas. De acuerdo con las fuentes militares norteamericanas, su padre, Louis Marius Prevost, nacido en Chicago en 1920[1], sirvió en la armada norteamericana durante la II Guerra Mundial, particularmente en el desembarco del Día D, en Normandía, operación que recibió en código clave el nombre de Overlord. Luego de regresar al terruño natal, contrajo matrimonio con Agnes Mildred Martínez Baquié, una mujer algunos años mayor que él, y se desempeñó como superintendente escolar y catequista, hasta el momento de su muerte en 1997. Era hijo de John R. Prevost, anotado en el censo del condado de Cook, Illinois, de 1950, como natural de Italia y docente de lenguas romances, y de su esposa, la francesa Suzanne Louise Marie Fontaine Prevost, nacida en 1894, miembro de la Tercera Orden Carmelita, integrada por laicos.

Entre los antepasados maternos del papa, asentados fundamentalmente en Nueva Orleans, hay para escoger: blancos y mulatos, franceses, españoles y cubanos, miembros del estado clerical, propietarios de esclavos, tenderos, zapateros, pasteleros, militares y funcionarios públicos, todas señas de identidad de una auténtica y prototípica familia criolla de los siglos XVIII y XIX, etapa en que la Luisiana, dueña de un rico legado histórico y archivístico, cambió varias veces de manos, entre España, Francia y Estados Unidos.

Cabe agregar, además, que todavía en la decimonovena centuria el sur de los Estados Unidos se hallaba articulado alrededor de un modelo piramidal y tripartito de castas, en cuyo vértice se encontraban los blancos. Inmediatamente por debajo seguían los mulatos, que luchaban a brazo partido por medrar o abrirse espacio, y en último lugar, relegados a la base, sin derechos ni posibilidad de promoción social, se ubicaban los negros. Sin embargo, ese sistema de tres niveles no dilató en cambiar a uno dual, luego de la entrada en vigor de las leyes de Jim Crow y la “regla de una gota”, que designaban como negro a cualquier individuo de ascendencia mixta. En lo adelante, para ser negro bastaba con haber tenido un tatarabuelo, o lo que es lo mismo 1/16o de sangre africana. De esta guisa, el corpus legal funcionó como un factor de repulsión que empujó a millones de personas a emigrar, entre finales del siglo XIX y principios del XX, desde el sur hacia el norte y el oeste de los Estados Unidos

Volviendo sobre la vertiente matrilineal, es decir los Martínez y Baquié, la genealogía toma un giro mucho más enrevesado, pues conecta a Nueva Orleans con Cuba, Guadalupe y Francia e integra definitivamente el elemento créole a la familia. Se sabe que Agnes Mildred Martínez Baquié estudió biblioteconomía y que laboró como bibliotecaria en las secundarias Von Stubel y Mendel del área metropolitana de Chicago, donde nació en 1911, fruto del matrimonio conformado por Joseph N. Martínez y Louise Baquié (sindicados como negros en el Censo de Población de Estados Unidos de 1900). A juicio del genealogista e historiador Jari Honora, fue la única de los Martínez Baquié que vio la luz en el área de los Grandes Lagos, pues para 1910 la familia aparece aún censada en la calle Saint Peter del French Quarter neorleanés.

Y he aquí que los progenitores de Louise Baquié, Ferdinand Baquié y Eugenie Grambois, son, hasta ahora, los primeros miembros del linaje que aparecen asentados tanto como mulatos (Censos de Población de los Estados Unidos de 1850 y 1870, respectivamente) como colored (acta de defunción de Ferdinand de 1883). Llama la atención, igualmente, que estos Baquié, afincados en Luisiana durante varias generaciones, habían pasado antes por Point-à-Pitre, Guadalupe, de manera que el tatarabuelo materno Joseph Aristide Baquié, descendiente de franceses por ambos costados, mudó desde las Antillas Menores a Luisiana, siendo propietario en Nueva Orleans, para 1850, de al menos tres esclavos, dos negras y un mulato.

En cualquier caso, a su santidad la sangre hispana le viene por vía de la bisabuela materna, nombrada Marie Rose Ramos Montreuil, quien celebró sus bodas en 1848 con Jacques (también conocido por James, en su forma anglosajona) Martínez Cadnet[2]. El acta de defunción del citado Jacques Martínez, registrada el 24 de febrero de 1891 por S. R. Olliphant, oficial a cargo de nacimientos, matrimonio y defunciones de la parroquia de Orleans, establece que era neorleanés, de 68 años, que ejercía como sastre y que los padres eran oriundos de Cuba, extremo que entendemos alude a los progenitores de la esposa. La viuda, Marie Rose Ramos, ama de casa, nacida en Nueva Orleans, expiró el 14 de mayo de 1904, a los 77 años.

El tatarabuelo, George Pantaleón Ramos Reaux, alias Agenor, nacido en Nueva Orleans el 27 de julio de 1803 (según se extrae de las declaraciones de defunción de sus hijos Etienne y Julienne), fue sastre y tendero, residió en la esquina de las calles Bagatelle y Craps del faubourg Marigny y estuvo casado con Julienne Montreuil, alias Jacquette. Falleció el 16 de junio de 1846 y su sucesión fue abierta en New Orleans en mayo de 1849 ante Pierre M. Bertin, funcionario de la Segunda Corte de Distrito, de donde se colige que era propietario de al menos tres esclavos: Euphemio, Joseph y Josephine.

Continuando con nuestra relación, el 22 de agosto de 1786 vio sus primeras luces el quinto abuelo materno, Vicente Ignacio Santiago Ramos Guenon[3], quien fuera escribiente de la secretaria de intendencia[4], contador de los buques guardacostas de la provincia de Luisiana[5] y consorte de Catherine Reaux. Sintiendo, quizás, la cercanía de la muerte, Vicente Ignacio reclamó al Real Consulado y Real Junta de Fomento de Cuba, a inicios de 1842, el pago de la gratificación que le correspondía por haber cumplido con la comisión hecha por la intendencia para remitir a la mayor de las Antillas a colonos procedentes de Luisiana[6]. Por desgracia, desconocemos el desenlace del trámite, pues exhaló su último suspiro en Nueva Orleans el 17 de junio de aquel mismo año.

Para llegar al fondo de la cuestión, basta con señalar que la familia hunde efectivamente sus raíces en Cuba, pero por conducto del sexto abuelo, don Manuel José Ramos, oficial mayor de los Ramos de Población y Amistad de Indios de las Provincias de Florida y Luisiana[7], hijo de don Vicente Ignacio Ramos y doña María Bastos, cuya acta de matrimonio establece que todos eran “naturales de la Habana”. Trasladado a Nueva Orleans, Manuel José casó allí con doña María Catalina Guenon, nacida de la unión de don Pedro Guenon y doña Andrée Perrine d’Auvillé. Como se ve, todos los actores de la ceremonia nupcial recibieron el distintivo de “don” o “doña”, tratamiento reservado para los miembros de la elite social, política y económica. A la muerte del marido, María Catalina Guenon quedó residiendo en Bourbon Street, a cargo de dos esclavas (Censo de Población de los EE. UU. de 1810).

Mas revelador aún resulta la ascendencia por la línea de los Martínez. El tatarabuelo Santiago Martin[ez] Panquinette visitó la pila bautismal de la catedral de Saint Louis en Nueva Orleans el 25 de agosto de 1789, de manos del fraile franciscano Ubaldo Delgado. Fue marido de Marguerite Cadnet, cuyo deceso figura apuntado en Nueva Orleans a 21 días del mes de abril de 1870. El cuarto abuelo materno Santiago (o Jacques, por su modalidad en francés) Martínez, un sastre y antiguo miliciano, celebró desposorios el 20 de agosto de 1781 con Françoise Rosalie Panquinette. Al igual que en las partidas bautismales de sus hijos, en su defunción, registrada el 8 de diciembre de 1812 por el cura párroco y vicario fray Antonio de Sedella, bajo el número 1098 del libro de Óbitos de la Catedral de Saint Louis, correspondiente a los años 1803-1815, se indica que era natural de Praga, en Bohemia. En el censo de 1791 aparece avecindado en la “Calle de Borbón”, como blanco, en cabeza de un hogar con cuatro esclavos: un hombre de segunda edad y dos mujeres de segunda y tercera edad, respectivamente. Otro dato en extremo interesante es que Françoise Rosalie Panquinette provenía de un matrimonio que comerciaba pieles con la tribu de los Choctaw y que su abuela fue tenida siempre por romaní o gitana[8].

Ahora bien, la confusión generada en torno a los orígenes del papa viene dada por las noticias cruzadas en relación con Joseph Navvale Martínez, su abuelo materno, quien aparece inscrito como fabricante de tabacos en varios directorios comerciales de la época. Digamos, a modo de ejemplo, que en los registros civiles de Luisana (vol. 40, pp 230) reposa el alumbramiento de Joseph Navvale Martínez el día 8 de enero de 1864 en la parroquia de Orleans. No obstante, sus esponsales con Louise Baquié, efectuados el 17 de septiembre de 1887 en Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Nueva Orleans —previa promesa de matrimonio celebrada el 22 de agosto anterior—, sitúan el nacimiento del novio en Haití, lo que coincide tanto con su entierro como con el Censo de Población de los Estados Unidos del año 1900, donde se consigna, asimismo, que era ciudadano norteamericano. La teoría de un origen haitiano adquiere aún más fundamento si consideramos que en julio de 1866 buena parte del núcleo familiar viajo de Haití a Nueva Orleans en la goleta Billy Butt. Quizás este viaje haya sido resultado de los cambios políticos y sociales provocados por la Guerra de Secesión norteamericana de 1861-1865, periodo en que numerosas personas de color, residentes en el sur de los Estados Unidos, buscaron refugio en Haití. Poco después, en el Censo de Población de Estados Unidos de 1910, a Joseph N. Martínez se le clasifica como blanco y natural de Santo Domingo.

Genealogistas de todos los litorales se han embarcado en una carrera contrarreloj para desempolvar las intersecciones biológicas y culturales de Rober Francis Prevost, a las que hay que añadir, además, sus cuatro décadas de trabajo misionero en el Perú. Será cuestión de tiempo hasta que se construya su genealogía definitiva, fruto de una investigación rigurosa y ponderada. Queda claro, entretanto, que identidad y raza son construcciones sociales que privilegian el momento histórico antes que el proceso histórico.

Colaboradores: Edwin Espinal Hernández, Jan M. Piña Croes y Juan Espósito Rodríguez.


Notas Bibliográficas:

[1] United States, World War II draftcard. Serial 1233. Order no. 108714.

[2] Inscritos como mulatos en el censo de 1870.

[3] Bautizado en la catedral de San Luis, Nueva Orleans, el 30 de agosto, por fray Jose Valdez. Fueron padrinos don Santiago Guenon y la M. R. M. (muy reverenda madre, N. del A.) sor Ignacia, religiosa ursulina, representada por doña Rosa Ramos. Bautismos 1786-1796, fol. 13, núm. 48.

[4] AGI. Santo Domingo 2623. Duplicados de Intendentes de Ejército y Real Hacienda de Florida y Luisiana. Años 1805-1806.

[5] AGI. Santo Domingo 2625. Duplicados de Intendentes de Ejército y Real Hacienda de Florida y Luisiana. Años 1808-1809.

[6] ANC. Sección: Real Consulado y Junta de Fomento de la isla de Cuba. Población. Expediente núm. 8.568. Año 1842.

[7] AGI. Santo Domingo 2611. Duplicados de Intendentes de Ejército y Real Hacienda de Florida y Luisiana. Año 1787.

[8] Al respecto ver Shown Mills, Elizabeth. Assimilation? Or Marginalization and Discrimination? Romani Settlers of the Colonial Gulf (Christophe Clan). Cfr. Ostendorf, Ann. Louisiana Bohemians: Community, Race, and Empire. En Early American Studies: An Interdisciplinary Journal, vol. 19, num. 4 (2021) university of Pennsylvania Press, pp. 659-698.

 

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