Andrés Brugal Montané
fue el sexto y último hijo del matrimonio de José Melchor Brugal
Canals y María Montané Oliver. Nació en San Pedro de Rivas, Sitges, Cataluña el 29 de enero
de 1850. Su nombre completo era
Andrés Pelegrín Clemente Brugal Montané. Sus ancestros conocidos
se remontan seis generaciones atrás. No existe consenso entre
los especialistas en el tema sobre el origen del apellido Brugal.
Unos tratadistas lo ubica como apellido germánico, derivado del
“Burgoald”, mientras que otros lo señalan como derivado de las
palabras catalanas “bruc” y “bruga”, lo cual significa “brezo”
en español, una planta muy común en toda la Cataluña
mediterránea.
Muy joven, Andrés Brugal
Montané decide emigrar a América y se embarca hacia al
oriente de Cuba, donde llega en 1868. Después de haberse
empleado en diversas labores, decide arrendar una finca de caña
de azúcar y un pequeño alambique, el cual opera con mucho éxito.
Por su trabajo, tenacidad y ruda voluntad, adquiere la finca en
la cual trabajaba. Bautiza dicha finca como San Felipe, quizás
como una premonición de lo que sería su morada definitiva y
final. Luego abre una tienda o bodega para atender las
necesidades de sus obreros.
Dos hermanos de Andrés Brugal
también deciden emigrar a Cuba. Fueron estos José y Salvador
Brugal Montané.
Los negocios de don Andrés
Brugal prosperan, y este decide traer a Cuba a su sobrino
Juan Turell Brugal, quien recién se había graduado de Perito
Mercantil en Barcelona. Este era hijo de su hermana Carmen
Brugal Montané y Pablo Turell de Castellet. Años más tarde, en
1888, don Andrés se asocia con su sobrino y es así como
nace la compañía “Andrés Brugal y Sobrino”. Hacia 1893, la firma
comercial Catasús, de Santiago de Cuba, pasa por una grave
situación económica. Con la finalidad de ayudar al dueño, su
amigo y paisano Juan Catasús, don Andrés le compra el negocio,
por lo cual la razón social se convirtió en “Brugal, Sobrino y
Compañía”.
En ese momento, la firma poseía:
hacienda, ferretería, destilería, bodega en grande y además un
banco.
La operación comercial fue muy
exitosa hasta 1897, año en el cual Cuba se encontraba en la
guerra de su independencia de España. Dos de los hijos mayores
de don Andrés, Antonio Lucas y Francisco Ponciano Brugal
Pérez, de 20 y 18 años respectivamente, colaboradores de los
sublevados, fueron obligados a salir de Cuba so pena de ser
fusilados. Estos toman el primer barco que sale de Santiago de
Cuba, cuyo destino era Puerto Plata. Para mayor seguridad de sus
dos hijos, don Andrés Brugal los acompañó en aquel viaje.
Ya en territorio dominicano, don Andrés conoció a Manuel
Cocco Alum, Delegado del Gobierno de Ulises Heureaux en Puerto
Plata, quien le ofreció que si mudaba todos sus negocios a
República Dominicana, él conseguiría que el Gobierno lo
exonerara de todos los derechos de aduana sobre las existencias
que trajera de Cuba, y así fue. Con don Andrés Brugal
también vino de Cuba Juan Plá Vendrell, licorista, quien también
dejaría descendencia en Puerto Plata.