El 7 de mayo de 1842 ocurrió uno de los mayores terremotos en nuestro país, el cual llenó de terror a la población, que salió por todas las ciudades sin saber qué hacer. Los sacerdotes católicos lo tenían muy claro: todo se debía a la situación de pecado y alejamiento de la población de los mandamientos cristianos.

En Santo Domingo, la Iglesia Mayor o Catedral se agrietó, por lo que al asistir allí y ver sus condiciones, todos los fieles salieron en procesión, pero en los recorridos ni en la iglesia de Las Mercedes ni en ningún otro templo se sintieron seguros. Así, la población se alejó del entorno de las viejas y pesadas edificaciones coloniales y pasó a la periferia; el vicario Tomás de Portes e Infante estableció una ermita en el extremo suroeste de la ciudad intramuros, en las cercanías del antiguo matadero y la Puerta Grande. La edificación se conoció como ermita de la Misericordia, nombre extendido a la actual calle Arzobispo Portes y a la cercana puerta de la muralla, que pasó a llamarse puerta de la Misericordia.

La mayoría de las parejas vivía entonces en unión libre, por lo que después del terremoto, en medios de las réplicas y el pánico generalizado, muchos arrepentidos acudieron a contraer matrimonio. El vicario Portes Infante otorgó dispensa de dos de las tres amonestaciones requeridas, permitiendo realizar matrimonios de inmediato en todas las parroquias.

De los registros parroquiales de matrimonios en 1842 existen los de la Catedral o Iglesia Mayor, Santa Bárbara y San Carlos, en Santo Domingo; San Cristóbal y Baní en la región sur (los de Azua se perdieron con su incendio en 1844); La Vega y Moca en la región norte (en San José de las Matas no se asentaron registros de 1841 hasta septiembre de 1844, y de Santiago no se conserva nada, producto de su incendio en 1863) y los de El Seibo en el este.

En la parroquia mayor o Catedral de Santo Domingo, con asiento en la ermita erigida por Portes, se realizaron 94 matrimonios en solo 21 días de mayo de 1842, lo que contrasta con los siete matrimonios efectuados en los primeros cuatro meses del año y con los 46 celebrados en todo el 1841. Dentro de estos matrimonios están los siguientes:

El día 10 de mayo:

1. Rafael María Acebedo Castro y María del Carmen Jiménez Quesada, 

2. Juan Ravelo y María Altagracia Abréu.

El día 19 de mayo;

3. Ramón Sardana (o Saldaña) de los Reyes y Bartolina Cotes Pimentes;

4. José Gonzales y Ramona Figueroa;

5. Juan Bautista Levi y Micaela;

6. Reynaldo López Salomé y María Merced Quesada;

7. Ignacio de Castro Balcázar y Petronila Osuna;

8. Próspero Damirón Pelarris y Silveria Vulgos Marrero;

9. Juan Días y Antonia Gonzales Infante;

10. Manuel Franco Rodríguez y Francisca Clarboner Acosta,

11. Luis Díaz y María del Amparo Balba Molino;

12. Manuel Nicasio Martínez y Merced Díaz Suárez;

13. Ramón Solís y Gavina Villegas;

14. Gregorio Sami Román y María Bernarda Pubie.